Tras el anuncio la pasada del presidente Obama sobre su intención de evitar que más de cuatro millones de personas migrantes en situación irregular en EEUU sean deportadas y puedan residir y trabajar en el país, varias voces del activismo LGTB se han alzado al detectar ciertos agravios para el colectivo en la manera en la que las personas podrán beneficiarse de esta reforma.
Según los términos de la reforma migratoria expuestos por el presidente, las personas extranjeras en situación irregular en el país podrán aplazar sus deportaciones y trabajar legalmente si pasan los controles de bagaje y pagan sus impuestos. No obstante, como ya han evidenciado, el plan se centra en los progenitores de ciudadanos estadounidenses.
En este sentido, como recoge el medio NBC LOS ANGELES, el ADN y el certificado matrimonial son ahora las dos principales requisitos a los que las personas indocumentadas pueden aferrarse para quedarse en el país. Algo a lo que las personas homosexuales no tienen el mismo acceso, por la implantación irregular del matrimonio igualitario y la dificultades anejas a la reproducción asistida.
La activista pro derechos lésbicos, Kate Kendall, ha afirmado en este sentido:
Si las relaciones maritales o de sangre son la única opción para poder solicitar una acción diferida, o de reconocimiento del estátus, esta norma dejará fuera a más de decenas de miles, o posiblemente hasta una centena de miles de familias LGTB’