Como afirmaba Marx en su dialéctica de la historia (por utilizar una jerga al uso) nada permanece… sino que todo está en un permanente cambio. Esto es lo que está sucediendo con las necesarias protestas que se están dando en Hong Kong.
En un primer lugar, los organizadores de las protestas se agruparon bajo el nombre #OccupyCentral. Sin embargo, este término se ha quedado pequeño.
A pesar de los pequeños gestos de apertura que ha hecho China con la región (gestos que se acercan al terreno de lo económico mientras se alejan del terreno de lo social) el descontento de la población ha transformado a las protestas en una bola de nieve que no para de crecer y crecer.
Ante el éxito de las protestas, el gobierno chino decidió actuar como se espera de una dictadura: con la censura y represión. El domingo por la noche (en una acción tan simbólica que podría pertenecer a una película de Jia Zhangke) mientras se apagaban a los disidentes callejeros a base de gas lacrimógeno y gas pimienta, en el terreno virtual la represión también se dejaba sentir en forma de censura en miles de cuentas de Twitter, Facebook y Weibo.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Hong Kong que sigue el volumen de mensajes borrados en Weibo muestra que la censura china ha llegado a niveles récord en los tres últimos días…sin embargo, ningún tipo de censura (real o virtual) está pudiendo detener las protestas.
Rainbow Action
Ante la capacidad del gobierno chino de hacer desaparecer cualquier signo de disidencia (Amnistía Internacional estima que durante el 2013 se tuvo noticia de al menos 778 ejecuciones), las protestas se han convertido en una especie de carrera de relevos donde diferentes asociaciones han ido tomando el testigo de las protestas.
#OccupyCentral, #UmbrellaRevolution, Rainbow Action… La mayor seguridad para los activistas es que las manifestaciones tengan numerosas cabezas visibles. En la actualidad, la asociación LGTB es la que está tomando la responsabilidad en las protestas.
Así, Tommy Chen, portavoz de Rainbow Action, ha realizado unas declaraciones a ‘Gay Star News’ en las que muestra por un lado los principales reivindicaciones del colectivo, y por el otro el compromiso infranqueable que están mostrando los activistas LGTB:
La comunidad homosexual entiende este problema bastante bien. La comunidad gay en Hong Kong ha estado involucrada en el movimiento social durante más de 10 años”
En los últimos días, más de 20 miembros de Acción Rainbow se han repartido en turnos para mantener una presencia de 24 horas en todos los sitios de protesta. No está siendo sencillo. Lee Faulkner, británico que ha vivido en Hong Kong durante tres años y activista LGTB, participó en las protestas del domingo y terminó aterrorizado:
Fui a lo largo de las protestas el domingo por la noche y estuve, por primera vez en mi vida, genuinamente aterrorizado. Nunca me han rociado antes con gases lacrimógenos , ni visto a antidisturbios. El ambiente era terrible.”
Sacrificios, violencia, miedo… El lado menos brillantes de las protestas no está consiguiendo paralizar a los ciudadanos, más bien todo lo contrario. La democracia en Hong Kong está en juego y desde luego que será más rica con un toque arcoíris.