Tras la polémica generada por la censura de Youtube a uno de los clips promocionales y la andanada de su protagonista, Charlotte Gainsbourg, contra los métodos del director, ahora la película vuelve a ser noticia por su montaje final. En un principio se iban a estrenar dos versiones de la cinta, una con escenas de sexo explícito y otra sin ellas, ambas con una duración que rondaba las cinco horas y media.
Pero finalmente parece que no será así, que no habrá una versión light y otra hardcore, sino que el director ha presentado su propio montaje que se ha negado a recortar. Eso sí, consciente de los excesos de su nueva criatura cinematográfica, Von Trier ha dado vía libre a las distribuidoras para que reduzcan el metraje cortando por donde estimen oportuno.
En un artículo publicado por la revista danesa Ekko Filmmagasinet y adelantado por The Hollywood Reporter, Peter Aalbaek Jensen el productor habitual de las películas de Lars Von Trier revela que el director presentó un montaje de la película de cinco horas y media de duración.
La tijera de las distribuidoras
Un minutaje excesivo para las distribuidoras que pidieron al cineasta que recortara su película y ante su negativa, procedieron ellas mismas a reducir el metraje. Así, la versión de ‘Nymphomaniac’ que se estrenará en Copenhague el próximo 25 de diciembre será de cuatro horas y se exhibirá dividida en dos partes de dos horas cada una.
En el caso de España, la película estará distribuida por Golem, que ya ha anunciado que será divida en dos partes. La primera parte llegará en forma de gran estreno mundial el próximo miércoles 25 de diciembre. La segunda parte se podrá ver en cines un mes más tarde, el viernes 24 de enero.
‘La versión corta es contra la voluntad de Lars, pero lo acepta porque entiende los mecanismos de mercado. No se puede hacer una película de más de 60 millones de coronas -unos ocho millones de euros- que sea tan larga. Cinco horas y media es tan excesivo que reduce el valor de mercado de manera tan radical que los inversores hubieran sentido que habían comprado un gato por liebre’, dice el productor a la revista danesa.
Además, el productor quiere dejar claro que estos recortes se producen únicamente por razones comerciales y no para eliminar escenas de sexo explícito del montaje que se exhibirá en las salas. Jensen reconoció que inicialmente sí se pensó en montar dos versiones, una de ellas más recatada, pero que finalmente la idea se abandonó.