A pesar de que cuenta con pocos años de vida, Lalo ya sabe que los príncipes azules -aquellos que solo quieren comer perdices- están más pasados de moda que chatear con el Messenger.
Y es que Lalo desconoce los prejuicios de los mayores. Es un niño que sólo quiere ser él mismo para sentir, jugar y caminar libremente al margen de normas y estereotipos sexistas que nos marca la sociedad como podemos comprobar a lo largo de este delicioso videocuento que se encarga de cuestionar los roles machistas atribuidos erróneamente al modelo de masculinidad.
Una maravilla que saca todo el provecho de la animación para lanzar un ejemplificante mensaje educativo para que los más pequeños de la casa -y sus mayores-, aprendan a disfrutar con lo que realmente les hace felices aunque para ello tengan que romper con clichés anclados en la sociedad que no hacen más que encorsetar los roles femeninos y masculinos a unas actitudes predeterminadas.
El cuento coeducativo ha sido creado y escrito por Gema Otero Gutiérrez, ilustrado y animado por Juan A. Muñoz e interpretado por Oscar Mir Otero.