La visibilidad LGTBI crece en televisión, pero no su diversidad racial

Los personajes del colectivo LGTBI cada vez son más comunes en la televisión norteamericana, pero la amplia mayoría son de raza caucásica. Esta es la conclusión del informe ‘Where We Are on TV‘ que publica anualmente el observatorio de medios Gay & Lesbian Alliance Against Defamation.

Según ha transmitido la organización en un comunicado, este es el vigésimo año en el que la entidad monitoriza la presencia de personajes LGTBI en televisión, una temporada en la que por primera vez han registrado la imagen del colectivo que se muestra en los servicios de streaming como Amazon, Netflix o Hulu.

En términos generales, la asociación se siente satisfecha por la representación de la homo, bi y transexualidad en las series y películas originales creadas por las grandes productoras televisivas. Sin embargo, han detectado que no se recoge de manera fidedigna la diversidad que se encuentra dentro de la propia comunidad LGTBI, por lo que al final sólo se visibilizan estas realidades de manera sesgada.

¿Qué han detectado?

  • En el prime time norteamericano el 4% de los 881 personajes representados (35) pertenece al colectivo LGTB -lo que supone un crecimiento de una décima desde el año pasado-.
  • El número de personajes principales LGBT contabilizados en la televisión por cable ha aumentado de 64 a 84, mientras que los secundarios ascendieron de 41 a 58.
  • No existe ningún personaje transgénero en la franja de prime time, si bien sólo tres personajes recurrentes del colectivo aparecen en contenidos trasmitidos por cable. Son las series difundidas por streaming las que cuentan con más personajes trans (4), si bien de todos ellos, sólo uno es un hombre transgénero.
  • La representación de la bisexualidad ha crecido tanto en la televisión en abierto como por cable. (de 10 a 18), con un notable ascenso de los personajes masculinos. No obstante, en muchos de estos personajes todavía aparecen los estereotipos más caducos y peligrosos sobre la gente bisexual.
  • Todas las plataformas de contenidos televisivos deben incluir más diversidad racial en sus personajes LGTB, pues la representación general de la diversidad racial crece, pero no su visibilidad no heterosexual / cisgénero. 

  • El 43% de los personajes principales del prime time en abierto son mujeres, un ascenso desde la temporada pasada que es estimable, pero no representa a las mujeres en su proporción poblacional.
  • Por primera vez en dos años, el porcentaje de personajes recurrentes con una discapacidad ha descendido -del 1,4% al 0,9-.
  • Entre la televisión en abierto y el cable, sólo existe un personaje recurrente que es VIH positivo -Oliver, de la serie  ‘How To Get Away With Murder’ que emite ABC.

Al mismo tiempo que ha aparecido los datos del informe, Sarah Kate Ellis, presidenta y directora de la entidad, ha explicado:

Vivimos en la intersección de muchas identidades y es importante que los personajes televisivos reflejen la entera diversidad de la población LGTB […] No basta con la inclusión de personajes del colectivo, deben ser retratados con atención y cuidado, pues en muchas ocasiones sólo aparecen por cuota.”

Mucho cuidado con la bisexualidad

Uno de los detalles más significativos -y desazonadores- que ha evidenciado la organización tiene que ver con la representación de la bisexualidad.

Si bien la cantidad de personajes que alternan relaciones homo y heterosexuales en series y películas casi se ha duplicado en la pequeña pantalla, son sus características las que los convierten en ejemplo de los prejuicios que la sociedad mantiene instalados en su contra.

La GLAAD denuncia que los personajes bisexuales son esbozados como personas en las que no hay que confiar, con tendencia a la infidelidad y con carencia del sentido de la moralidad, y han destacado sus características más reprobables, que son:

  • El uso de el sexo como técnica de manipulación
  • La ausencia de habilidad para construir relaciones genuinas.
  • Su asociación con el comportamiento autodestructivo.
  • Su victimización como consecuencia de una atracción pasajera que nunca se retoma o de la que se vuelve a hablar.