‘La vida de Adèle’: Un amor de los que incendian el alma

Ficha técnica

Dirección: Abdellatif Kechiche

Guión: Ghalia Lacroix y Abdellatif Kechiche, basado en la historia creada por Julie Maroh

Dirección de fotografía: Sofian El Fani

Música original: Andrés Goldstein, Daniel Tarrab

Nacionalidad: Francesa

Reparto: Adèle Exarchopoulos, Lea Seydoux, Salim Kechiouche, Aurélien Recoing, Catherine Salée, Benjamin Siksou, Mona Walravens, Alma Jodorowsky, Jeremie Laheurte.

Duración: 179 minutos

Calificación: 8,75 / 10

Fecha de estreno: 25 de octubre

¿De qué va?

Salgo del pase de prensa con el corazón encogido (no es para menos después de la desgarradora radiografía del ciclo vital del amor que se traza en las casi tres horas de cinta) y con la sensación de que el director Abdellatif Kechiche ha conseguido crear una historia con visibles diferencias respecto a la trama original sobre la que se basa.

De algún modo, el cineasta tunecino ha conseguido transformar todo el lirismo que desborda del cómic poético de ‘Azul es un color cálido’ en una novela, que además está narrada con una prosa acertadísima.

Como si del lector modelo ideado por Umberto Ecco se tratase, Adellatif Kechiche consigue completar los espacios que se sugieren en la historia original, para que dejen de estar en el universo de la imaginación y se conviertan en acciones que se puedan sentir y tocar.

Kechiche se mantiene fiel a la esencia del cómic (la historia de amor lésbica protagonizada por Adèle y Emma) pero se deja llevar por la libertad a la hora de desarrollar la trama. De este modo, el director añade numerosas aristas (de hecho en su paso por Madrid, el director ha afirmado que tiene preparado un montaje de la película cercano a los 240 minutos) que terminan enriqueciendo el resultado final de la historia.

La iniciática, pasional y ardiente relación lésbica que establecen Adèle (Adèle Exarchopoulos) y Emma (Lea Seydoux) vertebra toda la cinta. La historia de amor entre las protagonistas está narrada con una profunda veracidad y vehemencia. Todo en la cinta fluye con una tremenda naturalidad y Kechiche consigue sumergirse con tremendo acierto en el ingente universo sentimental femenino.

El ciclo vital del amor (nacimiento, plenitud y defunción) asalta los ojos (y sentidos) del espectador, que inevitablemente se siente identificado por el paisaje sentimental sobre el que caminan las protagonistas.  

Kechiche consigue que las subtramas secundarias añadan matices a la historia principal. La cinta está salpicada de episodios LGBT que ayudan a trazar el carácter de las protagonistas. De este modo nos encontramos con temas como el descubrimiento de la sexualidad de cada uno, la aceptación de la diversidad sexual (que empieza por uno mismo), la LGBTfobia latente en la adolescencia (tan de actualidad que el lema de la edición de este año del MADO ha sido ‘jóvenes sin armarios’)…en definitiva, Kechiche ha realizado un saludable ejercicio de normalización de la homosexualidad.

Sobre la pantalla podemos los procesos cíclicos de la vida. La adolescencia se convierte en madurez y el amor pasa por todas sus fases, desde las que nos hacen creer que este mundo tiene sentido hasta las que nos hacen sentirnos como la persona más miserable de este planeta.

Kechiche nos ofrece esta inyección de sentimientos de manera descarnada, sin ocultar nada. Las escenas de sexo entre las actrices son tan largas y explícitas que arrancan alguna sonrisa incómoda entre los espectadores más pudorosos.

Y es que la cámara del director tunecino nos muestra una historia de amor con todos sus pasos y con sus distintas caras: pasión, amistad, empatía, la pérdida, el engaño, la desconfianza, la desesperación, los abrazos y el sexo. Un sexo largo, atávico, mojado, de los que eriza la piel…un sexo que se convierte en el objetivo de toda una vida puesto que es el mejor ejemplo de la plenitud del AMOR. 

La vida de Adèle – Tráiler

Sabías que…

1. La película supuso una verdadera revolución en la edición de este año de Cannes. La cinta consiguió alzar los dos principales galardones de la muestra: La Palma de Oro a la Mejor Película y El Jurado de la crítica internacional (FIPRESCI).

2. La cinta ha contado con un total de cuatro millones de euros de presupuesto.

3. Al igual que ha ido demostrando en sus anteriores trabajos, el tunecino Abdellatif Kechiche es un director extremandamente metódico y meticuloso, tanto que para esta película ha llegado a rodar más de 800 horas de metraje.

4. ‘La vida de Adèle’ se está abonando a la polémica. La última ha sido protagonizada por el director y una de las actrices (Lea Seydoux) que se han cruzado acusaciones bastante graves.

5. La película es un ejercicio de normalización del colectivo LGTB. La cinta fue premiada en un momento de intensas protestas contra la legalización del matrimonio igualitario en Francia? por lo que el presidente del jurado, Steven Spielberg, tuvo que salir al corte para indicar que el premio no tenía ninguna razón política detrás.

Lo mejor…

1. Adèle Exarchopoulos. Esta joven actriz (19 años) de orígenes griegos ha realizado uno de los estrenos más asombrosos de la historia del cine moderno. Con una presencia arrolladora en pantalla y una mirada de las que tienen poder magnético, la actriz consigue trazar un personaje lleno de matices con una sinceridad y energía que uno no puede hacer otra cosa que identíficarse con ella y así llorar cuando Adèle llora y reir cuando ella lo hace.

2. Abdellatif Kechiche. El tunecino consigue transformar la poesía en prosa de una manera prodigiosa. El cineasta magrebí consigue trazar una historia de amor a bocajarro.

3. Una película orgánica. El conjunto formado por el director y las dos protagonistas de la cinta dan como resultado una cinta en la que los problemas, situaciones y sentimientos no solo se perciben sino que se pueden oler, tocar y sentir.

4. Colectivo LGTB. La película es gay-friendly en el sentido de que no nos muestras personajes transformados en cliches de género, sino personajes profundos, complejos, sumergidos en esa escala de grises en la que todos vivimos.

5. Una adaptación trabajada. La adaptación que realiza el director tunecino no se limita a reproducir en la pantalla las viñetas del cómic de Julie Meroh, sino que enriquece la historia original para configurar una película que termina recorriendo su propio camino.

Adèle Exarchopoulos – sus mejores fotos