”Pinto por instinto y pinto por pasión.
Y por ira, y por violencia y por tristeza y por cierto fetichismo.
Y por alegría y melancolía juntas.
Y por rabia especialmente.”
Carol Rama
El MACBA, siempre fiel a su compromiso con el arte vanguardista, se convierte en el perfecto cicerone para descubrir la obra de Carol Rama. La artista italiana es sinónimo de olvido; setenta años de producción artística (1936-2006) sin el reconocimiento de las corrientes artísticas hegemónicas ni de las versiones más disidentes del arte.
Esta exposición, que está comisariada por Beatriz Preciado y Teresa Grandas, tiene como objetivo no solo dar visibilidad al trabajo de una artista única, sino también cuestionar los relatos dominantes de la historiografía del arte con un trabajo que obliga a desmantelar narrativas y reformular conceptos.
Marcada por una infancia muy dura, su madre tuvo constantes problemas psiquiátricos y su padre se suicidó tras quedarse en bancarrota, la iconografía visual de Carol Rama pronto se distancia de las vanguardias. La italiana crea un universo gráfico en el que la sexualidad se convierte en el objeto de estudio y de denuncia: el cuerpo femenino -al mismo tiempo mutilado y amenazante, violentado e irreductiblemente deseante- se presenta activo y vital.
La paleta carnal del fauvismo, con unos colores que explotan en los lienzos y en la conciencia del espectador, le permite a la artista nacida en Turín presentar una propuesta artística que se instala en el lado opuesto de lo académico: la intensidad de los colores reservados para la vulva o la lengua denotan la resistencia del cuerpo a las fuerzas que lo dominan y a las instituciones que lo subyugan.
Un estilo vivo
Su trayectoria artística camina de la mano de la experimentación. Rama es una artista subersiva y orgánica, su arte está vivo y ha ido transformándose a lo largo de los años.
Rama transita por la abstracción en los años cincuenta; se aproxima al informalismo y al espacialismo en los sesenta con la creación de bricolages y de mapas orgánicos hechos de ojos y uñas de taxidermista, de cánulas, signos matemáticos, jeringas y conexiones eléctricas, hasta la composición en los setenta de una imagen-materia fabricada con gomas de neumáticos.
Estas obras inician una temática que se convierte en una obsesión artístico-activista en el trabajo posterior de Rama: nos referimos a las cartografías del deseo disidente, los diagramas del inconsciente y de sus estrategias de resistencia a la normalización.
Carol Rama inventa el sensurrealismo, el arte visceral-concreto, el porno brut, la abstracción orgánica. Actualmente se la considera una artista imprescindible para entender las mutaciones de la representación en el siglo XX y el trabajo posterior de artistas como Cindy Sherman, Kara Walker, Sue Williams, Kiki Smith y Elly Strik.
Una oportunidad única para ver a una artista protofeminista. Carol Rama es una artista que se encarga de subvertir los valores tradicionales del mundo del arte realizando una vindicación de la mujer.
Ahora bien, la visión de lo femenino que tiene Rama se convierte en un elemento novedoso en el mundo del arte. Su femineidad consigue desintegrar todos los patrones hegemónicos del panorama artístico. Como si su arte pudiese reinventar el concepto de los futuros feminismos desde el pasado. En ese sentido, la propia Beatriz Preciado se ha pronunciado:
Siempre digo que para mi sí es radicalmente feminista, es feminista casi antes de que el feminismo existiera. Es como la abuela de todos los feminismos por venir. Pero, por otra parte, el feminismo de Carol Rama es un feminismo que yo llamo no antropocéntrico y expandido; no es un feminismo sobre la diferencia sexual de las mujeres sino que es un feminismo de la discapacidad, de la locura, de la prostitución, de la mierda, de la mujer fálica, del hombre sin erección. Es un feminismo de toda esa multiplicidad de otros. Y yo veo en ella esa potencialidad de alianzas políticas más allá de una política de identidad.”