La afición del FC Saint Pauli lleva décadas desterrando los tópicos del aficionado medio al fútbol. Y es que entre los hinchas del club de uno de los barrios más deprimidos de Hamburgo no nos encontraremos a aficionados racistas, ni homófobos (empezando por el presidente del club abiertamente homosexual), ni de los que predican que el fútbol es una cosa para machos (En 2002, la publicidad de la revista Maxim fue retirada de su estadio en respuesta a protestas de hinchas sobre las imágenes sexistas de mujeres en los anuncios).
Este fin de semana, la hinchada de un club contestatario por naturaleza, ha vuelto a dar una lección de empatía, entendimiento y solidaridad con el colectivo LGTB.
Durante el partido con el Paderborn, los aficionados del equipo mostraron su rechazo a la homofobia en el deporte profesional, a través de una manifestación en las gradas coordinada por Alerta Network, quienes se dicen un grupo anti fascista.
Los aficionados alzaron carteles con los colores del arco iris y algunos mensajes de apoyo a la Comunidad LGBT, también incluyeron imágenes de parejas del mismo sexo, en lo que llamaron el Día De Acción en Alerta.
Para completar la acción, los aficionados desplegaron una enorme bandera que tenía escrito el nombre de la organización que lucha por la igualdad
Ir a Galería: Felicidades St. Paulik
Adelantados
Lo cierto es que tanto la hinchada, como los estatutos del propio club germano, están a la vanguardia de los temas que tratan la discriminación en el mundo del deporte.
De hecho, el Tribunal de Justicia Europeo ha tenido que dar un paso al frente para frenar las locuras homofóbicas del presidente del club rumano más importante: el Steaua de Bucarest. Su presidente, el frívolo y extrafalario millonario George Becali, lleva años atacando al colectivo LGTB y siguiendo una política discriminatoria que ha decidido frenar el máximo organismo judicial de la UE.
Desde el Tribunal se ha advertido que las declaraciones homófobas por el patrón de un club ‘pueden desplazar la carga de la prueba en el club para demostrar que no tiene una política de contratación discriminatoria.’
Por desgracia, en el mundo del fútbol siguen siendo necesarios pasos como el del Tribunal de Justicia Europeo y ejemplos positivos como el de este club, para conseguir una verdadera normalización del colectivo LGTB en el mundo del deporte.