Llegaba visiblemente nerviosa y acompañada del propio secretario general de la ONU, Ban Ki Moon… Y apenas dos horas después, Emma Watson salía de la sede de la organización en Nueva York acompañada de miradas teñidas de orgullo y admiración.
La joven actriz fue nombrada hace seis meses ’embajadora de buena voluntad de la ONU mujeres’ y parece que la Watson se ha tomado su puesto con extrema responsabilidad. La actriz está siendo la encargada de propagar el mensaje de igualdad de género que se quiere transmitir desde la ONU y hay que decir que con actuaciones como la que protagonizó recientemente en NY, el puesto le viene que ni pintado.
Su discurso en el Memorial de NY tuvo que ser detenido en varias ocasiones debido a las ovaciones que el público le dedicaba a la actriz. Pronto, los medios sociales también se hicieron eco del evento y los piropos comenzaron a propagarse a la velocidad del tuiteo.
Y es que la intervención protagonizado por la Watson tuvo una intensidad memorable. La británica se abrió al público contando como su propia experiencia le había enseñado que el machismo está todavía vigente… y en el que quiso invitar a los hombres de todo el mundo a erradicar de manera activa esta lacra social. En sus palabras:
Fui nombrada embajadora de buena voluntad de la ONU hace seis meses y he descubierto que mientras más hablo del feminismo, más caigo en cuenta de que luchar por los derechos de las mujeres es para muchos sinónimo de odiar a los hombres. Y si de algo estoy segura es de que esto tiene que terminar. Para el registro, feminismo, por definición, es creer que tanto hombres como mujeres deben tener iguales derechos y oportunidades. Es la teoría política, económica y social de la igualdad de sexos.’
Para terminar indicando: ‘Mis investigaciones recientes me han demostrado que feminismo se ha vuelto una palabra poco popular. Las mujeres han decidido no identificarse como feministas por que, aparentemente, ante los ojos de otros, esta expresión las hace ver agresivas, anti- hombres y hasta poco atractiva. ¿Por qué se ha convertido en una palabra incómoda?’.