El presidente de la conferencia episcopal de EE UU y arzobispo de la diócesis de Nueva York, Timothy Dolan, ha reconocido que a la Iglesia católica le queda mucho camino por delante para aproximarse a la comunidad LGTB.
Durante una entrevista en televisión, Dolan abordó la distancia evidente entre los intereses de la jerarquía eclesiástica y la de sus fieles, insistiéndo en que la Iglesia debe ser más cuidadosa a la hora de transmitir su mensaje para que no parezca que ataca a a las posiciones contrarias a las convicciones católicas.
Defiendiendo sus ideales sin demonizar al resto
Mientras el Tribunal Supremo estadounidense debate sobre la constitucionalidad de las uniones entre personas del mismo sexo, Dolan ha insistido en que para la Iglesia católica el único matrimonio válido es el de un hombre con una mujer. ‘Dios nos ha enseñado que el camino hacia la felicidad, especialmente en lo que se refiere al amor sexual, se circunscribe únicamente al matrimonio entre hombre y mujer.’
No obstante, el arzobispo apunta que la Iglesia católica no se ha caracterizado por ser muy piadosa ni clemente en la defensa de sus creencias: ‘Debemos tratar de mejorar la forma en la que abordamos la defensa del matrimonio, de modo que no parezca que se reduce a un ataque a los homosexuales’.
‘La naturaleza de la Iglesia hace que, en ocasiones, estemos alejados de los asuntos que verdaderamente preocupan a sus fieles’, ha indicado. ‘Queremos la felicidad de los homosexuales. Yo los amo, igual que los ama dios, pero a veces no somos lo suficientemente efectivos a la hora de trasladar a la sociedad cómo nos enseñó Él que debemos vivir’.
Estas declaraciones suponen una clara diferenciación del arzobispo al rígido -y, a veces, discriminatorio- mensaje que estamos acostumbrados a escuchar de boca de los representantes de la cúpula eclesiástica católica. Aunque deja claro que no lo comparten, el detalle más importante es que parece que respeta que los estados faciliten esta opción. ¿Qué quieres casarte con una persona de tu mismo sexo? Genial. Pero no lo harás en nuestra iglesia. Nos parece buen negocio.