El dios de Madera

Director: Vicente Molina Foix

Actores: Marisa Paredes, Madi Diocou, Nao Albet, Soufiane Quaarab

Calificación: 5 /10

¿De qué va?

Yao y Rachid son dos inmigrantes africanos que llegaron juntos a España y que, fortuitamente, se encuentran años después en Valencia, aunque si bien podría haber sido cualquier otra ciudad del sur de la Vieja Europa.

Allí, cada uno sobrevive como puede. Yao es vendedor de bolsos en el top manta y Rachid ha cambiado su profesión de socorrista en Marruecos por la de peluquero. Pero Rachid no sobrevive con lo que gana cortando y lavando cabezas, sino que se aprovecha del joven Rober (Nao Albet) con quien comparte una relación de amistad y sexo.

Rober, antes Roberto, es el hijo de María Luisa, antes Mavi, interpretada magistralmente por Marisa Paredes. María Luisa mató a Mavi en el momento que contrajo matrimonio con el padre de Roberto y ni siquiera la viudedad le devolvió su antigua forma de ser. Sólo la pasión que vivirá con Yao, un sin papeles senegalés de tan sólo 25 años, le hará volver a la vida y comprender mejor a su hijo a quien Rachid le ha liberado de los prejuicios y complejos que poseía.

Pero el amor no es fácil en un contexto social muy crítico con la diferencia de edad, la inmigración y las diferencias de clases que impregnan el amar de necesidad y a la necesidad, a su vez, de amar.

Trailer de ‘El dios de madera’

¿Sabías qué…?

1. La película, rodada en Valencia, ha participado en la sección oficial del Festival de Málaga de Cine Español.

2. Marisa Paredes ha ganado el Premio a la Mejor Actriz por su interpretación de María Luisa (Mavi) en la decimotercera edición de este festival.

3. ‘El dios de madera’ supone la presentación cinematográfica de Madi Diocou, un actor debutante al que también podremos ver en ‘Biutiful’, última película de Alejandro González Iñárritu y Javier Bardem.

4. La lluvia fue el principal problema del rodaje ya que una trompa de agua inundó Valencia esos días. Sin embargo, en palabras del propio director, ”El dios de madera nos protegió milagrosamente haciendo que el diluvio cayera cuando estábamos en interiores”.

Nuestra crítica

‘El dios de madera’ es el causante de que Vicente Molina Moix haya hecho un paréntesis literario y regrese a la gran pantalla, tras su debut con ‘Sagitario’ en 2001. Ha esperado 9 años para su vuelta, tras una paralización del proyecto de tres años. Se ha hecho esperar, pero su regreso viene marcado por su sello: la defensa de historias intimistas en un contexto social crítico y crudamente real.

En esta ocasión ha elegido dos temas universales para teñir de melodrama su segunda película. El primero de ellos no podía ser otro que el amor (a la familia, a la profesión, a los orígenes, a uno mismo…), ya que su ausencia hubiera supuesto la falta de conflicto. Y en segundo lugar, nos muestra de una manera ligera y a veces incluso humorística la cruda realidad de dos inmigrantes que cruzaron el estrecho en pateras con la expectativa de cumplir el sueño europeo. Pero Yao y Rachid no son sino una pequeña muestra de una mancha humana cada vez más amplia.

Quizá el punto fuerte de la película sea que no encontramos personajes maniqueos en busca de la lástima y la complicidad del espectador. Todo lo contrario es su necesidad la que les hace amar y aprovecharse de los que, a su vez, necesitan amar. Pese a que Vicente Molina Foix da pinceladas para que cada uno evaluemos y juzguemos la relación (llámese de amor, amistad o interés) que comparten cada una de las dos parejas. En ningún momento adivinamos los pensamientos de los dos emigrantes y desconocemos si su cariño se mueve entre el agradecimiento y la compasión o si realmente se niegan a amar por las diferencias y tabúes que les separan, como el estigma de la homosexualidad en el mundo musulmán, en el caso de Rachid o el haber dejado una familia en la tierra de origen como Yao.

Los otros dos personajes protagonistas, los autóctonos Rober y María Luisa, no son presentados como víctimas porque el amor que madre e hijo sienten por Yao y Rachid no es del todo desinteresado al cubrir traumas y vacíos que ambos heredan de su pasado. Pese a contar con una sociedad adversa, a veces incluso respaldada y retroalimentada por ellos mismos- como demuestra la traición que cambia el rumbo del film, la locura sentimental de Rober y Maria Luisa merecerá la pena, porque sin ella jamás hubieran logrado recuperar a Roberto y Mavi respectiva y comúnmente.

Lo mejor: La interpretación de la veterana Marisa Paredes y el pretendido reflejo de la dificultad de amar cuando la inmigración y la diferencia de edad se cruzan en el camino.

Lo peor: La dirección de Vicente Molina Foix, que vuelve a demostrar que es mejor escritor que realizador.

Momentazo: Los desnudos de sus dos protagonistas Madi Diocou y Soufiane Quaarab, que les hacen irresistibles sexualmente para los personajes que interpretan Marisa Paredes y Nao Albet.

Vete a verla si: Eres un apasionado del melodrama y de las historias intimistas que incitan a la reflexión y a la crítica social.

Pedro M. Úbeda