Disco: ‘Endlessly’
Artista: Duffy
Calificación: 7 / 10
Pocos fueron los capaces de resistirse al marchosísimo hit ‘Mercy’, allá por 2008. Ahora, dos años más tarde, la galesa Duffy regresa con un importante cambio de su sonido. ¿Será por que quiere que la dejen de comparar con Amy Winehouse? Independientemente de esta suposición, estos ”nuevos aires” le sientan de maravilla.
Sabías que…
1. Su primer álbum, ‘Rockferry’, vendió más de seis millones y medio de copias.
2. Duffy cuenta que debe su particular voz a un ”porrazo” que le dio su hermana cuando era pequeña.
3. Después del éxito de su primer disco la cantante quiso abandonar el mundo de la musica por la diferencia que la popularidad estaba marcando en su vida personal.
‘Well, well, well’ de Duffy
¿Cómo suena?
El exitazo de Duffy en el contexto de las última hornada de chicas soul estuvo claramente determinado por unos singles arrolladores: uno en el plano rítmico y melódico, otro en el emotivo -y un tercero, menos importante, que tiraba a cinematográfico-; ya que salvo muy pocas excepciones, ‘Rockferry’ desprendía un ”pestufo” estándar, obvio y demasiado pulido -resultado de una producción harto básica preparada para una artista novel-.
Pues contra todo pronóstico -y en vez de acomodarse en royalties e imitaciones de sí misma- en los dos años que han pasado desde entonces Duffy parece haber decidido seguir mirando hacia delante. Por ello para esta ocasión ha adelantado unos añitos la fecha en su ”máquina del tiempo”, y ha viajado a la época en la que el funk y los primeros jugueteos electrónicos comenzaban a interesar a las bandas tradicionales.
‘My Boy’ de Duffy en el Show de Jools Holland
Asesorada por el mítico Albert Hammond, la galesa ha dotado a su nuevo disco de una atmósfera completamente diferente a las propuestas -que de ”ensobinadas” ya resultan manidas- de el grueso de vocalistas de su categoría, cosa que desgraciadamente no se nota en ‘Well, well, well’, su primer single. Por ello tampoco sorprende mucho la indiferente respuesta del público -pues si del ”no, no, no” de la Winehouse pasas al ”yeah, yeah, yeah” y más tarde al ”well, well, well” es normal que la gente se canse aunque grabes con The Roots-.
No obstante, el resto del disco sí transmite ese -llamémosle ”alma” ya que hemos hablado de su influencia soul– que se echaba de menos en los momentos más profundos de su anterior álbum, porque además se ha reservado un par de cortes para darlo todo en unas cuantas baladas -casi desnudas por la economía de sus acompañamientos- de verdadero bajón -tomando ”bajón” como un beneficioso valor en este caso, por supuesto-.
Lo mejor: La manera tan elegante y honesta con la que se ha distaciado de otros ”productos” del mismo tipo sin perder la cabeza ni desvirtuar lo más característico que ya conocíamos de ella. ‘My Boy’, ‘Too Hurt to Dance’, ‘Endlessly’, ‘Girl’.
Lo peor: Con tanta mezcla de influencias el disco se mueve un poco en ”tierra de nadie”, por ello aunque parezca más marchoso, es posible que entre con mayor dificultad que ‘Rockferry’, que es mucho más inmediato.
Cómpratelo si… Estás preparado/a para ver otra faceta de la cantante sin tener que renunciar a su singularidad.
Sergio P. Sanjuán