Tras la bajona que supuso el estreno de ‘Bionic’ en 2010, parece que Christina Aguilera ha regresado con fuerza gracias a su nuevo trabajo, ‘Lotus’. En esta ocasión, la cantante no se ha dejado seducir por los focos, las localizaciones espectaculares, los efectos especiales de última generación y los grandes presupuestos, sino que se ha decantado por hacer algo más casero, artesanal.
La elección de la estética del vídeo no es casual con el tema que trata. Christina ha querido homenajear a sus fans y utilizar un vídeoclip diseñado por un estudio externo resultaría mucho más frío y mucho menos adecuado que la estética elegida, mucho más íntima y personal.
De este modo, Christina ha conseguido mostrarnos dos caras diferentes en los dos vídeoclips de este disco. Por un lado en en ‘Your Body’ pudimos ver la versión más white trash de Christina, quien con un 33% más de chonismo en su atuendo y hábitos, se dedicaba a cazar incautos chulazos y asesinarlos. Mientras que en este ‘Let There Be Love’ vemos a una Aguilera mucho más natural, reivindicativa (efectivamente, reivindicativa) y familiar (podemos ver los bailes de su hijo Max y de su novio Matt Rutler).
El vídeoclip es un homenaje a sus fans y al amor y a la vez un canto contra la intolerancia, la homofobia y el racismo….¡¡ahora toca disfrutarlo!!