El detalle de un gran hombre
No hay muchos como él que, cada vez que hacen una aparición pública, consigan suscitar tantos deseos y pasiones juntas. Pero Chris Evans lo consigue una y otra vez y con no demasiada dificultad. Y así lo ha dejado claro con su último posado para la revista ‘Details’ en su edición de mayo.
Con un estilo simple y muy sencillo, Evans se ha reafirmado como uno de los hombres que más nos pone la pila (y algo más) del panorama hollywoodiense.
Bajo las órdenes del fotógrafo Norman Jean Roy, Evans se ha puesto delante de la cámara para dejarnos de nuevo con la boca abierta con ese impresionante cuerpazo que se gasta. Pero no sólo eso. En la entrevista, Evans no se ha cortado un pelo en hablar de sus intimidades, las que han hecho que le queramos todavía un poco más si cabe.
Un guapo muy blandengue
Tras esa apariencia de chico duro y musculado se esconde un osito de peluche. Sí, sí, como lo lees. Parece ser que Chris Evans es un tanto blandengue. Tanto que -según ha confirmado a la revista- llora por todo. ‘Demuestro mis emociones. Me encantan esas cosas, mucho’.
Asimismo, Evans ha afirmado que, aunque siempre había soñado con una vida íntima alejada de los focos de Hollywood, si hay algo que le da casi, casi la felicidad completa eso es la actuación y la interpretación. Si está claro que no hay nada mejor que hacer algo que te gusta para que seas uno de los mejores. Y él lo es. ¡O no!
No obstante, Chris Evans asegura que -a pesar de saber lo mucho y bien que gusta a todo el mundo- se siente extremadamente incómodo en las alfombras rojas, entrevistas y castings.
Loquito por ellas
Aunque ésta es la parte que menos nos gusta ya que desearíamos que fuera de nuestra acera y no de la contraria, el cuerpazo de Chris Evans es sólo por y para ellas.
Y parece que nada le hará cambiar de opinión.
Además Evans ha confesado que le gustan las zapatillas de deporte y las coletas y las chicas con pelo mojado y zapatillas de chándal. Pero qué chico más sencillo y encantador. Ojalá la fama nunca se le suba demasiado a la cabeza y siga siento tan simplón como hasta ahora.