Anna Calvi, ‘One Breath’: canciones a tiempo completo

La edad de la tecnología nos ha dado un acceso masivo al disfrute y a la creación musical, y hemos obtenido como resultado un crecimiento exponencial de discos producidos por artistas de fin de semana: hordas de especialistas en el corta y pega, cientos de bandcamps clonados, el tedio absoluto. Es el contenido que se crea en los ratos libres. Coge polvo en nuestros discos duros tras un par de escuchas. 

Todo ello se pone aún más de manifiesto cuando aparecen artistas como Anna Calvi. Ya en su primer disco mostraba unas credenciales inapelables, y en este segundo afianza su repertorio con una colección de canciones enormes, repletas de una especie de belleza amenazante y sutil a partes iguales, construidas a base de rock contemporáneo y clasicismo.

Por encima de todo emerge su poderosa voz, afortunadamente siempre puesta al servicio de la canción. El disco crece a cada escucha a través de cortes llenas de magnetismo y heterodoxia: La inicial ‘Suddenly’ o el vigoroso single Eliza’ son momentos de pop redondo, mientras que los gritos de guerra de ‘Tristan’ o la fiereza de ‘Love of my life’ apabullan.

Mención aparte merece esa obra maestra que es ‘Sing to Me‘ donde Calvi levanta un monumento de belleza y hondura a través de un crescendo de cuerdas y de una voz capaz de llegar donde pocos pueden.

Anna Calvi – ‘Sing to me’

Hay discos que se diluyen en el eclecticismo. No es el caso de ‘One Breath’, donde por encima del estilo -ya sea la pulsión electrónica, los arreglos orquestales o el rock pesado- predomina siempre la inconfundible marca de su autora, que emerge para recordamos que las grandes canciones no se construyen en los ratos libres.

Anna Calvi, una presencia magnética