Disco: ‘Galimatías’
Artista: Algora
Calificación: 8 / 10
Tiene sólo 26 años pero su carrera es tan frenética como los meteoritos que admiran los protagonistas de las letras que escribe. Con sólo dos discos en el mercado, muchos le comparan con el mejor Carlos Berlanga. Compositor, cantante y letrista en ‘Galimatías’ Victor vuelve a demostrar que es un hombre orquesta cuando se convierte en Algora. Una piel que cobija su timidez acompañado por los otros dos miembros del grupo, Javier Castellanos y Nacho Carpintero, y que desinhibe sus sentimientos más profundos reencarnados en poesía musical.
Sabías que…
1. Todas las canciones, grabadas en Madrid (Multi Arte) y Valencia (La Sala JR) entre noviembre de 2009 y enero de 2010, están compuestas por él.
2. El disco cuenta con colaboraciones de lujo como la de Loveless Face (en ‘Cráneo roto’), Evripidis Sabatis (en ‘San José de Cupertino’) y Corazón (en ‘Cocodrilo’).
3. En el videoclip del primer single ‘Cráneo roto’, grabado en la antigua fábrica de papel de Mandayona (Guadalajara), han participado los otros dos miembros de la banda, Javier Castellanos y Nacho Carpintero, y Cerebro, el tímido perro de Víctor.
4. Su segundo single, ‘Los ojos del insecto’ también contará con un clip que correrá, como es costumbre, a cargo de Mutador y previsiblemente se estrenará a principios de agosto.
5. El disco está inspirado y dedicado a Javier Rico, su ‘experto excavador’, al que se hace mención en el que será su segundo single (entre otras canciones).
‘Cráneo roto’ de Algora
¿Cómo suena?
Probablemente la mejor carta de presentación del álbum sea su primer sencillo, ‘Cráneo roto’, que irrumpe en nuestros oídos con declaraciones sugestivas muy bien arropadas por un sonido mucho más complejo y eléctrico que en su anterior trabajo. Probablemente, esa sea la esencia de este compacto ya que, desde la primera frase del CD ‘Vas bajando por mi cuello como un ascensor’ hasta el ‘ya está amaneciendo’ de su último tema, la mística voz del solista mantiene una tensa lucha con sonidos tridimensionales y envolventes y con las propias letras que él compone.
Versos aparentemente ligeros pero de difícil comprensión. Incluso leyendo el libreto cuesta adivinar lo que pasaba por la cabecita del guadalajareño a la hora de elaborar los 12 temas que componen el disco, en el que destacan el ya mencionado single, así como en ‘Menos que cero’, ‘Los ojos del insecto’ y el fantástico ‘Escornabois’.
Esto no significa que sea un disco de canciones de relleno, sino un disco relleno de canciones, por no decir fábulas, dado el alto número de animales, astros y criaturas extrañas y oníricas que nos trasladan a un universo infantil falso. Cocodrilos, cometas, larvas, nubes, insectos o escarabajos robots que no nos aproximan a un cantante inmaduro con el cerebro de un niño, sino a un niño crecido que desnuda sus vivencias y perversiones en un disco cuya máxima síntesis sería el amor.
Esta palabra está omnipresente en todo el álbum, pese a no ser escrita ni en tan siquiera uno de sus versos. A veces revestida de admiración, amistad, celos, necesidad o dependencia, su significado se desprende incluso en el tema que Álgora dedica a la bandera americana ’50 estrellas’, canción más bailable del disco. En ella pone de manifiesto su atracción por el universo yanqui más popero, algo que se vislumbra desde su ‘Viaje a San Francisco’.
Otro viaje, el de la vida y la muerte, perfectamente plasmado en la canción ‘Menos que cero’, es buen resumen de las vivencias a las que nos transporta este álbum, en la que con un simple verso ‘cierra bien la puerta’ Victor consigue transmitir toda su angustia vital al receptor. Y es que ‘Galimatías’ es un disco de imágenes sonoras continuas, un poemario musical de versos libres de codificado significado cantado por una voz mística de desacralizada religión.
Lo mejor: Las letras, pura poesía (aparentemente sencilla), que están muy bien interpretadas por un cantante sin estridencias vocales que realiza algo tan difícil como hacer parecer simple lo complejo.
Lo peor: La concentración y el esfuerzo que requiere llegar a descifrar esta partitura jeroglífica que atiende al nombre de ‘Galimatías’. No es un disco para ser escuchado una única vez.
Cómpratelo si… Huyes del pop de usar y tirar y estás dispuesto a desempolvar los juguetes y sueños de ayer para empatizar con el Algora de hoy y, por qué no, con tu yo actual.
Pedro M. Úbeda