A menudo todo comienza como un simple juego, una forma más o menos inocente de escapar de la rutina. Puede que sólo queramos hacer memorable una noche de sábado, además nos hace estar más despiertos, alargar la fiesta sin notar el cansancio acumulado.
Hace más divertido a nuestro entorno, incluso a nosotros mismos nos quita la timidez, nos suelta un poco más. Hasta nos pone a tono para disfrutar de situaciones morbosas.
Es algo que tenemos bajo control, es algo que está ahí a nuestro alcance siempre que nosotros queramos y bajo nuestras condiciones. Esto es al menos parte del discurso que recitamos para tratar de convencernos cuando subestimamos la influencia de las drogas en nuestra vida.
Lo cierto es que a menudo las drogas, de cualquier tipo, nos encierran en una búsqueda constante por alcanzar aquel momento cumbre que vivimos junto a ellas. Aquel festival en verano, aquella fiesta electrónica, aquella sesión de sexo tan morbosa de la primavera pasada… y cuando menos quieres darte cuenta tratas de repetir ese instante cuando la realidad es que nunca llegará.
Este comportamiento es como tener sexo por despecho, en el fondo quieres disfrutar con esa persona que tanto te gusta pero en realidad no lo estas haciendo. Tratas de autoengañarte pero no lo consigues y sufres. Y es que como dijo Heráclito ”ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río”, es decir cada experiencia es única en sí misma, irrepetible, puesto que todo fluye, está en constante cambio.
Las drogas están muy presentes dentro de nuestro colectivo, ya que como han demostrado diversos estudios (entre ellos destaca el elaborado por el Center for American Progress de Washington D.C., que defiende que las personas LGTBI son más proclives a consumir sustancias como el alcohol u otras drogas como consecuencia de ser víctimas de homobofia y transfobia.
Según este estudio entre el 20% y el 30% de la comunidad LGTBI de Estados Unidos estaría abusando de sustancias (alcohol y otras drogas) siendo dicha cifra muy superior al 9% existente a nivel general de la población del país.
Por ejemplo, en caso de la anfetamina, los Hombres que tienen sexo con Hombres la consumen 12,2 veces más que los hombres que no tienen sexo entre ellos. Esta tendencia al consumo de sustancias se produciría por el estrés generado de las batallas diarias contra la discriminación y el estigma.
El problema puede estallarnos de golpe en la cara, especialmente cuando hemos tratado de autoengañarnos durante mucho tiempo. Y es que existe una sutil diferencia entre uso y abuso de sustancias, es muy evidente para quienes nos rodean pero muy difusa para nosotros mismos.
A continuación vamos a tratar algunas señales de alarma que podrán ayudarte a detectar que tienes un problema con el abuso de drogas.
Algunos síntomas de personas con problemas de consumo son:
- Perdida de responsabilidad (poner en riesgo tu trabajo, tus relaciones familiares o amistades).
- Perdida de peso o apetito excesivo.
- Trastornos del sueño (pesadillas, temblores o insomnio).
- Aislamiento físico.
- Disminución de la comunicación verbal.
- Sensación de incapacidad de mantener relaciones sexuales sin estar bajo la influencia de drogas.
- Cambios de humor.
- Haber recibido algún tipo de consejo por parte del entorno social más próximo para reducir o abandonar el consumo.
En este caso puede resultar de gran utilidad realizar un ejercicio de honestidad con uno/a mismo/a para descubrir si necesitas ayuda profesional. A través de este enlace podrás evaluar sencilla y cómodamente el grado de severidad de la situación.
Si consideras que tienes una dependencia que te limita, si analizas seriamente que te hace infeliz, si sientes que no puedes salir de donde te encuentras por ti mismo, la respuesta es evidente.
Sin duda, resulta incómodo asumir un problema con el consumo abusivo de sustancias debido al estigma ligado a esta situación, pero acompañado de los profesionales y el apoyo necesario es un reto superable.
El objetivo es tu bienestar, y el primer paso para ello es ponerte en manos expertas que te ayuden en un proceso que no nos engañemos (nuevamente) no es rápido ni sencillo. Se precisa de profesionales sanitarios, psicólogos, trabajadores sociales, educadores y también un grupo de personas que se encuentren en tu misma situación
Desde el Plan Nacional sobre Drogas se informa de los recursos a los que acceder desde cualquier ciudad del Estado español. Existen a su vez ONG especializadas que pueden orientarte y acompañarte en el proceso, algunas referentes las puedes encontrar en la Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente
Por último, desde Imagina MÁS queremos recordarte que cada día hay muchas personas que son capaces de cambiar de hábitos y conductas, son resilientes y salen fortalecidos tras haberse enfrentado a la adversidad. Son muchos y diversos los retos a los que hacemos frente a lo largo de la vida, y el consumo puede ser sólo uno de ellos.
Si realmente te gustaría abandonar el consumo, aunque dudes de tu capacidades para hacerlo con éxito, ya has dado el primer paso hacia la recuperación. Puedes ponerte en contacto con nosotros, te asesoramos y acompañaremos en el proceso hacia tu bienestar.