35 cumpleaños de Flor de Pasión. El concierto

Lo único malo de Flor de Pasión -de lunes a jueves de 21.00 a 22.00 en Radio 3- es que a veces uno no tiene cuerpo para ponerse a bailar un lunes en el salón de casa. Por eso era ineludible lo de este sábado en la Sala Siroco: ocho bandas representativas de lo que se estila en el programa seguidas del maestro Juan de Pablos, conductor del programa, a los platos.

”A los controles” un público entregado, decidido a quedarse hasta que el ínclito locutor se marchara con su maletín rojo repleto de discos. Intentaremos condensar los recuerdos de la memorable noche vivida en los dos espacios musicales de la Sala Siroco, rebosantes de adictos al mejor pop.

A los desafortunados que no pudieron asistir (el cartel de sold out se colgó con varios días de antelación) podemos contarles que Santiago Delgado y los Runaway Lovers nos pusieron a bailar con su rock&roll festivo, con versiones de clásicos de Los Sirex o temas propios coreados por gran parte del personal, que Los Summers hicieron lo propio con su punk pop yeyé tocado a piñón fijo. 

Los sonidos delicados y acústicos de Yani Martinelli sufrieron la cada vez más habitual falta de respeto de una parte del público madrileño, que en una actitud bastante verbenera acuden a los conciertos de la capital a cualquier cosa menos a escuchar música, llegando como en este caso a tapar al propio grupo. A pesar de los sonidos inarticulados provenientes de la barra, pudimos abstraernos por momentos para flotar con perlas como ”Mandy’s Party”.

Uno de los momentos más esperados era el mano a mano entre Charlie Mysterio (Los Caramelos) y Ángel Kaplan. En un concierto lleno de emoción, tocaron algunas de las canciones que han hecho de Los Caramelos un grupo venerado y se despidieron con una preciosa versión de ”Days” de The Kinks.

La fiesta continúa…

Nos cambiamos de escenario para seguir la sesión musical capitaneada por el festejado Juan de Pablos a los platos. La noche fue bailonga y tuvimos que entrenar las rodillas flexibles con clásicos como “Estoy loco por el tenis”, el evergreen de Florencio Torrelledo, además de fallar torpemente en el intento de imitar con gorjeos el timbre de Caterina Caselli en la interpretación de ”L’uomo d’oro’‘ y deleitarnos con las risas de France Gall en ”a me ait rire”.

En fin, como tiene que ser, en el pódium del pop –a modo de un Juegos Sin Fronteras musical- se subieron España, Italia y Francia. El aluvión musical alcanzó su apogeo cuando la mano precisa de Juan de Pablos puso la puntilla en la ya clásica despedida de el gran Juan de Pablos: la sala se tintó del Azzurro de Adriano Celentano y nos despedimos al son de un merecidísimo ‘Cumpleaños Feliz’, a un Juan de Pablos emocionado y abrumado por la cantidad de muestras de cariño de un público que ha crecido con las lecciones musicales de un gigante de las ondas, en quien parece que persevera esa máxima de ”ser cualquier cosa, excepto un coñazo”.