Parece ser que para su vuelta al terreno político, Nicolas Sarkozy se ha propuesto sacar apoyos entre los votantes más rancios del país galo. En un momento en el que la crisis se ha convertido en un pariente más de miles de familias europeas, los populismos –siempre apelando a los sentimientos del pueblo para jugar con los límites de la democracia– están intentando sacar su reedito político.
En el caso de Francia, el hecho es más que palpable. Según los últimos sondeos, el Frente Popular de Marine Le Pen encabeza los últimos sondeos políticos del país, y parece que es en ese nicho conservador donde quiere rascar votos Nicolas Sarkozy.
El expresidente de la República aspira a liderar su partido, la Unión por un Movimiento Popular, en las elecciones primarias que se celebrarán a finales de noviembre y que le enfrentarán a otros dos candidatos, aunque todavía no ha aclarado si ese es un primer paso para presentarse a las presidenciales de 2017.
Buscando apoyos
Sarkozy todavía cuenta, según los sondeos, con un amplio apoyo dentro de su formación, aunque la mayor parte de la población francesa rechaza su regreso a la escena política.
Tras mencionar en el mitin la necesidad de una ‘reescritura completa’ de la ley del matrimonio igualitario, Sarkozy rectificó sobre la marcha para defender su abolición.
Si preferís que digamos derogar la ley Taubira para hacer otra, aunque quiera decir lo mismo (…), no cuesta nada llamarlo así.’
Sarkozy, en esa misma línea, abogó por que haya dos tipos de unión civil, uno para parejas heterosexuales y otro para las homosexuales. En ese mismo encuentro, otro de los aspirantes a las primarias, Bruno Le Maire, fue abucheado al reconocer que no pensaba cambiar la legislación.
A pesar de estas últimas declaraciones perpetradas por Sarkozy, a pesar de la tendencia alcista de la filofascista Marine Le Pen y a pesar de que decenas de miles de personas han salido a las calles de París para pedir la revocación del matrimonio igualitario (que se pueden ver en la foto de arriba y que vienen a ser la versión francesa del infame Foro de la Familia), hay que poner las cosas en perspectiva.
El matrimonio igualitario fue aprobado en mayo pasado por una amplia mayoría de la población francesa, uniones que a día de hoy mantienen un respaldo mayoritario de los galos.
Y es que como el propio Hollande ha manifestado:
Esta reforma tenía que hacerse. No sólo porque me comprometí a ello con los franceses, sino porque corresponde a un movimiento irreversible de la Historia y porque aporta mucha felicidad a muchos de nuestros conciudadanos, que esperaban este momento’.