En medio del repunte de la violencia anti LGTB -y la indolente reacción de naciones y organizaciones supranacionales-, siguen llegándonos noticias de los angustiantes e intolerablea atropellos a gais, lesbianas, transexuales y bisexuales en Rusia.
Según AFP, el ministro de Deportes ruso ha avisado que no se dará ninguna exención especial a la ley anti-LGTB a visitantes y atletas de los próximos Juegos de Invierno, remarcando que en Rusia no se persigue la orientación sexual diferente de la heterosexual, pero sí su expresión pública.
En palabras del ministro Mutko: ‘Como deportista, se ha de respetar la legislación de un país. […] Que (los deportistas y turistas LGTB) vengan a Sochi, pero no hagan propaganda de la homosexualidad a los jóvenes’.
En este sentido, los extranjeros que vulneren esta ley serán multados con hasta cinco mil rublos – 114 €- o se enfrentarán a una arresto admisitrativo de hasta 15 días, y una posible deportación.
Estas declaraciones se producen un día después de que Comité Olímpico de EE.UU. publicara un comunicado recordando la prohibición que establece la Carta Olímpica a cualquier tipo de discriminación.
Además del cuestionable ‘boicot solidario’ al vodka ruso que se está llevando a cabo desde varias partes del mundo, varios deportistas ya han avisado de que se pronunciarán en contra de esta ley durante la celebración de los JJ.OO., como el patinador abiertamente gay Blake Skjellerup, que se ha comprometido a llevar un pin con la bander arcoíris para ‘defender en lo que cree’.