A menos de dos semanas de las elecciones generales, la canciller alemana Angela Merkel respondió en directo a las preguntas de los ciudadanos en la primera cadena de la televisión pública. Allí fue preguntada sobre su inclinación a la hora de votar la aprobación de una ley de adopción para las parejas del mismo sexo, momento en el que quedó claro que la cuestión no le resultaba cómoda.
Merkel, tras destacar que está en contra de toda discriminación y reconocer que comprende lo ‘difícil’ que resulta la cuestión para las parejas homosexuales, defendió que no apoyará la aprobación de la citada legislación alegando ‘la necesidad de garantizar el bienestar del niño’.
Merkel no quiso desvelar si había hablado del tema con el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, abiertamente homosexual, pero sí señaló que ha participado en muchos debates al respecto, incluso dentro de su mismo partido, la CDU, que tiene un grupo de gais y lesbianas.
La canciller tuvo que enfrentarse también a una mujer que le instó a cambiar la ley de prostitución, que legalizó en 2002 este trabajo equiparándolo a otros servicios para ‘evitar que Alemania se convierta en el burdel de Europa’. Su petición concreta no obtuvo respuesta, pero Merkel, que recordó las largas discusiones que precedieron a la aprobación de la norma, admitió que se trata de una cuestión polémica y que existe un ‘tremendo problema’.