Ayer nos íbamos a Nueva York y hoy nos quedamos en Mérida. La Gran Manzana ha decidido levantar su primer monumento en reconocimiento al colectivo LGTB, según han confirmado fuentes de la administración Obama al ‘The Washington Post’, y la ciudad extremeña ha decidido hacer lo mismo con su icónico parque de Las Siete Sillas.
En ambas historias hay un punto en común: el esfuerzo del activismo por visibilizar a la comunidad. En el caso de Mérida, la junta del gobierno encabezado por el socialista Antonio Rodríguez Osuna, ha actuado tras las demandas formuladas por Extremadura Entiende y la Fundación Triángulo.
Dos de las asociaciones LGTB con más trayectoria de la región han conseguido que una de las demandas históricas más perseguidas del colectivo, que no es otra que la normalización a través de la representación pública de la comunidad, se hagan realidad.
De este modo, mediante un acuerdo adpotado tras el consenso adoptado previamente por los grupos municipales, se ha decidido que la plaza del quiosco de la música que está situada en el parque de Las Siete Sillas cambie su nombre y pase a llamarse la plaza de la diversidad en honor al colectivo LGTB.
Pedro Blas Vadillo, delegado de Diversidad LGBTI del Ayuntamiento de Mérida, se ha encargado de hacer pública la decisión del gobierno local. El edil socialista espera que ‘en breve’ se lleve a cabo un concurso de ideas para que se coloque un monolito en la plaza. En sus propias palabras:
Para que ésta tenga su propia identidad, como reconocimiento no sólo a los activistas sino a los familiares que durante muchos años han luchado y siguen luchando por la normalización de la vida de sus hijos”.