Impulsada por el doctor Luis Fernando López Cortés, de la Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva, y que cuenta con el aval de GeSIDA y en colaboración con AbbVie, tiene como objetivo dar soporte a las madres con infección, no solo con el suministro de la leche, además asesorándolas en su maternidad.
‘Es una forma de asegurarnos que el último eslabón que hay en la transmisión vertical que es la lactancia materna se puede controlar; suministrándole la leche de manera gratuita evitamos en el grupo de menos recursos que durante el periodo de los primeros seis meses les den el pecho, y nos aseguramos que les dan una leche de primera calidad’, señala la jefa del Servicio de Farmacia del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, la farmacéutica Amparo Lluch.
Mientras que la transmisión durante el embarazo y parto han disminuido a menos del 1% con la administración de terapia antirretroviral y medidas de profilaxis, persiste la necesidad de evitar la lactancia materna, responsable del 7 al 15% de los casos de contagio de madre-hijo, especialmente entre mujeres sin recursos económicos o en situaciones sociales desfavorables.
‘El riesgo de trasmisión va en función de la carga viral, aquí las madres están muy controladas, pero en el Tercer Mundo eso no es así. […] Allí la lactancia está recomendada porque se mueren de hambre, pero están recomendado algo que tiene ciertos riesgos para el niños’
Este porcentaje de trasmisión a través de la leche, en países como España, destaca esta experta a Europa Press, ‘no es muy alta’, aunque ‘como existe ese riesgo, sería una pena que una vez hechos los esfuerzos de prevención en otros ámbitos no termináramos tratando de impedirlo en niños’.
Llunch, quien participa desde el comienzo en el proyecto, destaca que lo interesante sería llevar este proyecto a otros países menos desarrollados, ya que en el Tercer Mundo la lactancia materna es una de las principales vías de transmisión vertical.
‘El riesgo de trasmisión va en función de la carga viral, aquí las madres están muy controladas pero en el Tercer Mundo eso no es así, por eso hay muchísimos niños que se van a infectar en este momento’ ya que ‘allí la lactancia está recomendada porque se mueren de hambre, pero están recomendado algo que tiene ciertos riesgos para el niños’.
No todos los hijos de madres infectadas con VIH alimentados con lactancia materna adquieren la infección por VIH ya que esto depende de múltiples factores como la carga viral de la madre, grietas en el pezón, mastitis e inmadurez del sistema inmune del recién nacido, entre otros.
Buena coordinación
La recomendación de la lactancia artificial en todos los casos, junto con el uso de terapia antirretroviral y la cesárea electiva en los casos indicados, ha conseguido disminuir la tasa de transmisión vertical del VIH a menos del 1% en los países desarrollados.
A la hora de implantar, la farmacéutica ha destacado que uno de los principales problemas que hay que solventar es tener un control de los nacimientos en mujeres con VIH, ‘para desde el momento en el que nace el niño tenga garantizada la leche’.
Además, es importante ‘una buena coordinación entre todos los equipos, el que atienden a la madre, el que atiende el parto, el que atiende al niño y saber el circuito que existe para en todo momento saber comunicar este servicio’.
Tal y cómo indica Amparo Lluch, las mujeres que forman parte del programa están encantadas ya que detectan que se atiende integralmente el proceso que garantiza la seguridad del recién nacido, además una gran mayoría son madres primerizas no mayores de 35 años, con un perfil económico medio-bajo y cuyo embarazo ha sido planificado, debido a las complicaciones del virus.
Para las madres participantes es una gran ayuda tanto económica como social, puesto que ‘se aprovecha a hacer todas las recomendaciones necesarias, sobre todo asegurándonos que la madres sabes alimentar a sus hijos’.