La figura de Marianne es la representación alegórica del lema más universal que nos ha dejado la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Pero para los franceses también es algo más, Marianne representa a la madre patria, una progenitora fogosa, protectora, guerrera, alimentadora y pacífica.
Desde que Delacroix pintará ‘La libertad guiando al pueblo’ en el año 1830, ha habido un sinfin de representaciones y adaptaciones de una figura que ha servido como imagen de modernidad y concordia de Francia ante el resto del mundo.
Desde 1968, la Asociación de Alcaldes de Francia elige selecciona al rostro que simbolice los ideales democráticos de la bandera tricolor. Así, Brigitte Bardot (1970), Mireille Mattieu (1978), Catherine Deneuve (1985), Inès de la Fressange (1989), Laetitia Casta (2000) o Évelyne Thomas (2003) han ido cediendo su puesto como imagen de Francia.
Inna Shevchenko
El gobierno de Hollande no se ha dejado seducir por un rostro del star-system cinematográfico y ha querido buscar una imagen más reivindicativa. Y aquí surge la figura de Inna Shevchenko que en unos meses ha pasado de estar amenazada en su Ucrania natal (por haber cortado con una motosierra una cruz ortodoxa como protesta por la encarcelación de las ‘Pussy Riot’) ha convertirse en un icono nacional del país que le ha concedido asilo político.
La feminista ucraniana se ha mantenido fiel a su espíritu contestatario y para celebrar su elección ha dejado un tuit que ha sido como gasolina para las llamas conservadoras: ‘Femen protagoniza el último sello francés. Ahora, todos los homófobos, fascistas y extremistas tendrán que lamerme el culo cuando quieran mandar una carta’.
Una vez se conoció la noticia, Olivier Ciappa (uno de los creadores del sello junto a David Kawena) comunicó su entusiasmo con un tuit en el que recordaba que Inna había sido una de las principales inspiraciones del diseño. ‘Estoy convencido de que, en 1789 Marianne, hubiera sido una Femen’, explicaba el artista durante la firma de las estampillas en el Senado. ‘Los valores republicanos de la igualdad, la libertad, la fraternidad son parte fundamental de la lucha las Femen’, ha explicado con cierto orgullo disimulado.
Boicot conservador
?El sello ha sido criticado desde las filas democristianas, que ha llamado a los franceses a boicotearlo. También el colectivo Primavera Francesa, que engloba a los contrarios a la ley que permite las bodas homosexuales, ha denunciado que ‘la nueva Marianne tiene la imagen del Gobierno: cristianófobo y resentido’. El colectivo ha aprovechado para salir en defensa de la mujer francesa: ‘¿Es que no hay suficientes mujeres bellas y emblemáticas en Francia que tenemos que ir a buscar modelos en Ucrania?’, han lamentado.
La protagonista de la polémica, Inna Shevchenko, ha subrayado que históricamente, con Marianne, ‘Francia ha reconocido el papel de las mujeres que luchan. Es un símbolo en el mundo entero’, ha argumentado. La activista ha recibido el apoyo de Femen, que en Twitter ha afirmado sentirse ‘orgulloso de ser un símbolo oficial de Francia’.
Una imagen cristianófoba, odiosa e ideóloga o la encarnación de la libertad, igualdad y fraternidad…la imagen de la nueva Marianne difiere según los prejuicios de quien la mire, lo único cierto es que la polémica sigue instalada en Francia.