Según los resultados de una investigación liderada por el Instituto de investigación del SIDA IrsiCaixa publicada en la revista ‘AIDS’, la esperanza de vida de las personas infectadas por VIH se ha equiparado por primera vez en la historia a la de la población general, gracias al control de la infección conseguido por el diagnóstico y tratamiento precoces.
Además del control de la pandemia, los avances científicos conseguidos tras décadas de investigación avalan el éxito de la terapia antirretroviral, que ha contribuido a aumentar tanto la esperanza como la calidad de vida de las personas infectadas por este virus.
Para comparar ambos el índices de mortalidad, los investigadores realizaron análisis a 3.300 pacientes que seguían un tratamiento en el marco de dos ensayos clínicos internacionales.
Durante el periodo de seguimiento del estudio se registraron 62 muertes, de las que sólo un 3% estaban relacionadas con el SIDA. El resto se produjo principalmente por enfermedades cardiovasculares y muerte súbita.
Según Roger Paredes, integrante de la Unidad de VIH del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona,’no hay ninguna evidencia de que los pacientes infectados por VIH que siguen terapia antirretroviral, con un nivel indetectable reciente de cantidad de virus en sangre y que ha mantenido o recuperado el número de células CD4+ hasta los 500 por mm3, no tienen un mayor riesgo de mortalidad que la población general’
El diagnósitico precoz y la adherencia, de vital importancia
Para los autores de la investigación, un buen control de la infección por VIH implica que el paciente responda bien al tratamiento antirretroviral, que tenga un nivel muy bajo del virus en sangre y un funcionamiento normal del sistema inmunitario.
‘Alrededor del 60% de los pacientes del Hospital Germans Trias i Pujol han conseguido recuperar o mantener el sistema inmunitario con el tratamiento y, por tanto, tienen el mismo índice de mortalidad que la población general’, en palabras de Roger Paredes.
De hecho, se estudia la probabilidad de que gran parte del exceso de mortalidad asociada al VIH se pueda prevenir con un diagnóstico precoz y el inicio de la terapia antirretroviral, junto con un buen seguimiento del paciente que permita una mejor adherencia al tratamiento’, añade Bonaventura Clotet, director de IrsiCaixa.
Sin embargo, Clotet puntualiza que este enfoque no es suficiente y recuerda que ‘siempre hay un grupo reducido de pacientes, entre un 10 y un 15 por ciento, que, pese a los esfuerzos, no conseguirán una buena recuperación de su sistema inmunitario’