En agosto de este año el Tribunal Constitucional de Uganda abolió su ley que criminaliza las relaciones homosexuales, pero no por violar los derechos fundamenteals de las personas LGTB, sino por un defecto a la hora de su aprobación, hecho que ha llevado a las autoridades ugandesas a preparar un nuevo texto para aprobar otra de las mismas características.
A pesar de los continuas reprobaciones de la comunidad internacional y las ONG -y con el falso compromiso del presidente Museveni de ”atenuarla”- la arriesgada situación tanto de la comunidad LGTB como de las mujeres ugandesas no va a cambiar, pues se espera que una nueva ley contra la homosexualidad sea aprobada antes de final de año.
Así ha confirmado un miembro del comité de su redacción, Abdu Latif Ssebagala, que ha manifestado que la ley está lista para ser debatida en el Parlamento: ‘El borrador está preparado. Hemos fortalecido la ley, especialmente las áreas de promoción y de adopción’, ha dicho Ssebagala. ‘Esperamos fijar la fecha de presentación en el Parlamento la próxima semana’.
La amenaza de un bloqueo internacional no les echa atrás
Tras su gira por EEUU el pasado agosto Yoweri Museveni afirmó que su intención era modificar la ley para que las relaciones entre personas adultas no fueran criminalizadas.
Esta propuesta fue tomada como un ejercicio de triangulación que contentara a los sectores ultrarreligiosos de su país mientras conservara las donaciones y acuerdos comerciales de los países occidentales
Sin embargo, y tras las últimas informaciones de su comité de redacción, la nueva versión de la ley antigay seguirá castigando las relaciones entre personas adultas del mismo sexo.
Ante este arriesgado escenario, el director de política internacional de Health Global Access Project Asia Russell ha afirmado:
Esta ley es incompatible con las libertades fundamentales y los Derechos Humanos, sería una muestra de debilidad antes que de liderazgo.’