La justicia confirma que meter a Franco en la nevera no es delito

Hacer con Franco lo mismo que con un gazpacho -que no lubriquen sus mentes, que no hablamos de trocearlos y pasarlos por la túrmix, sino de ponerlos al fresquito- no es delito.  Así lo considera la juez Rocío Nieto, del juzgado de instrucción número 26 de Madrid, que ha desestimado la insólita demanda interpuesta por la Fundación Francisco Franco contra el artista Eugenio Merino por ofender el honor del dictador.

En la sentencia, Nieto concluye que la obra es ”una creación artística que no pretende mostrar unos hechos reales, sino recrear desde la ficción una imagen lejana en el tiempo y situarla en una época muy distinta”. Para la juez la finalidad de ‘Always Franco’, ”no es la de dañar la reputación o memoria del personaje histórico sino hacer una obra crítica y que lleve a la reflexión, mostrando al personaje como el icono que es dentro de nuestra sociedad”.

Además, la juez añade que ”se trata de una obra que causa sorpresa, por lo insólito de la ubicación del personaje histórico que todo lo más podría considerarse caricaturesca, irónica o humorística”.

Para terminar entendiendo todas las posturas al concluir que: ”Y, sin negar que pueda haber herido algún tipo de sensibilidad, no puede concluirse que la obra menoscabe el honor y la dignidad de la Fundación demandante, pues no excede de los usos sociales propios de nuestra cultura, por lo que quedaría excluida del ámbito de protección de la ley”.

La Fundación recurrirá

La Fundación Francisco Franco ha anunciado a EFE, a través de su vicepresidente, Jaime Alonso, que recurrirá la sentencia y la llevará hasta el Tribunal Supremo ‘para saber si las más altas instituciones del Estado también están en esta tesitura laxa y tolerante, hasta extremos inconcebibles’.

Para Alonso, ‘estos señores -en relación a Merino- donde tenían que estar es en un psicólogo o en psiquiatra para saber qué enfermedad mental tienen’. Además, se están planteando volver a demandar al artista por la obra ‘Puching ball’, en la que la cabeza del dictador hace de saco de boxeo.

Por su parte, Merino alegó que su obra es ‘una creación artística que no pretende menoscabar ni dañar la imagen de dicho personaje’, además de considerar que la Fundación ‘carece de legitimación para defender el honor’ de Franco.

Tras conocer la sentencia, Merino ha señalado a EFE que ‘no esperaba perder este juicio’ y considera que ‘quizás lo más grave’ sea que haya tenido que defenderse ‘de una fundación fascista’.