Cuando todavía era candidato a la Presidencia de EEUU, Barack Obama hizo público su apoyo personal a la legalización de las personas del mismo sexo. Un movimiento que lo convirtió en el primer postulante a ocupar la Casa Blanca de la historia en defender el reconocimiento de este derecho.
Quizá con el mismo espíritu ecuánime -y honrado-, el alcalde de Seúl Park Won-soon expresó la semana pasada unas palabras parecidas durante una entrevista para el San Francisco Examiner, señalando que le gustaría que su país fuera el primero de Asia en reconocer el matrimonio igualitario.
¡Pero en qué momento se le ocurriría al alcalde defender públicamente un derecho humano! Pues según recoge el medio local THE KOREA TIMES tras sus declaraciones la web del Gobierno Metropolitano de Seúl comenzó a inundarse de comentarios negativos y quejas de las comunidades eclesiales, que animaban a sus fieles a pedir la rectificación del alcalde.
La prensa americana no entiende
La creciente presión de la comunidad ultra conservadora surcoreana desde aquel momento ha obligado al alcalde a retractarse públicamente de sus palabras, argumentando que la prensa extranjera las malinterpretó -y mira qué gran confusión tuvo que ser para malinterpretar una entrevista entera-.
Este caso no es la primera vez que sucede en Corea del Sur, pues en 2013 la reacción cristiana ante el compromiso de explorar vías para favorecer la regularización de las parejas homosexuales, el candidato Luna Jae-in tuvo que echarse atrás en unos términos muy similares.
El detalle más curios -y pelín irónico- de esta historia es que Park Won-soon tampoco ha recibido ningún apoyo explícito de los colectivos LGTB, por lo que este movimiento ha centrado todas las miradas en él sin ningún tipo de beneficio.