A pesar de que los sectores inmovilistas niegan su incidencia directa, las personas LGTB corren más riesgo de vivir bajo el umbral de la pobreza y quedarse sin hogar, mucho más si son víctimas de la violencia o repudio de sus familias y entornos cercanos.
Para atajar este lamentable problema, las asociaciones albanesas Aleanca LGBT y ProLGBT han unido fuerzas para abrir en Tirana el primer centro de acogida residencial para LGTBI en riesgo de exclusión social del país. Algo que también marca un hito en toda la zona balcánica, con graves carencias generalizadas en la atención del colectivo.
A través de la proporción desinteresada de una vivienda temporal, las personas que se beneficien de este servicio podrán contar con cursos de capacitación en habilidades cotidianas y sociales, programas de formación profesional y apoyo sanitario y psico-social.
¿Qué facilidades ofrece en la atención del colectivo?
El principal servicio que ofrece Streha -que significa ‘refugio’- es la acogida de personas LGTBI por un periodo máximo de 6 meses. En ese tiempo se establecerán y pondrán en práctica programas que incluyen la capacitación de habilidades vocacionales, las relaciones sociales, actividades culturales, etc.
El servicio, que también contempla la asistencia médica en los casos en los que es necesario, negociará con las instituciones estatales y privadas para proporcionar empleo a los beneficiarios. Por el momento el refugio cuenta con 8 camas y 12 miembros profesionales en plantilla, que estiman que proporcionarán más de 2.000 pernoctaciones para las personas necesitadas.
Tras su inauguración, el refugio acogió la visita de varias personalidades políticas, incluyendo el ministro de Bienestar Social y Juventud albanés, el embajador británico en Tirana o el director de Programa de USAID / Albania, que conocieron sus instalaciones de mano de dos educadores.
En palabras de Erion Veliaj, ministro de Bienestar Social y Juventud:
Los servicios sociales del país se han enriquecido con este nuevo proyecto independiente para las personas LGTBI. […] Ahora dejamos de establecer diferencias entre las personas explotadas sexualmente, perseguidas por su comunidad o víctimas de abuso basado en su orientación sexual o identidad de género. Como la violación de Derechos Humanos no hace diferenciaciones, no las haremos nosotros en la manera en la que debemos ayudar a su víctimas’