Hay noticias que caen por su propia obviedad. Hoy nos hemos levantado con dos de ellas, la primera es nacional y nos indica La reforma laboral la nueva ley laboral impuesta por el PP ha cumplido dos años con el resultado esperado: más parados y menos ocupados.
La segunda pertenece al panorama internacional y toca de lleno al colectivo LGTB: Ireen Wust, patinadora holandesa abiertamente bisexual ha conseguido la primera medalla de los JJOO de Sochi con sabor a reivindicación, a revancha, a libertad.
La protagonista del ‘zas en toda la boca’ a Putin es Ireen Wüst. La holandesa reveló su bisexualidad en 2009, anunciando que ella había iniciado una relación con una compañera de entrenamientos y selección, la patinadora de velocidad holandesa Sanne van Kerkhof. Desde entonces, se separaron y ahora ella está saliendo con un hombre.
Irene Wust con su victoria en los 3000 metros ha demostrado que la velocidad es cosa de holandeses, ya que en categoría masculina sus compatriotas coparon el podio.
Wust, campeona del mundo de la distancia, doblegó a la anterior campeona olímpica, la checa Martina Sablikova, por 1.61 segundos, mientras que la rusa Olgra Graf fue tercera y medalla de bronce a 3.13 segundos de la holandesa.
Graf, de 30 años, pese a no tener ningún podio en la copa del mundo rebajó su marca personal y dio a Rusia, el país anfitrión de los Juegos, su primera medalla.