El G20 que se celebrará esta semana en San Petersburgo llega más caliente que la ropa interior de Miley Cyrus. Y es que a las tradicionales divergencias entre las potencias occidentales y Rusia y China, ejemplificados a la perfección por el conflicto sirio, en esta ocasión hay que añadir un tema que está copando la actualidad mediática día tras día: la nueva ley que prohíbe la ‘propaganda homosexual’ en Rusia.
Después de varias decenas de manifestaciones ciudadanas (la del día 3 de septiembre organizada por All-Out se celebró en 33 ciudades diferentes), Inglaterra ha sido el primer país en comprometerse a presionar al gobierno de Putin para que cambié el rumbo de una política que de un plumazo ha destrozado años y años de activismo y de conquistas sociales.
En una entrevista concedida al diario ‘London Evening Standard’, William Hague ha dejado clara la posición de Inglaterra. El secretario del ministerio de Asuntos Exteriores ha indicado que la política exterior de Gran Bretaña debe ser responsable, tener conciencia, y que en la propia naturaleza del país está la defensa de los DDHH en el extranjero.
‘Es importante para nosotros. Gran Bretaña no puede tener una política exterior sin conciencia. No creo que en la naturaleza del pueblo británico esté el actuar sin conciencia. Escribí un libro sobre William Wilberforce y la abolición de la trata de esclavos, que no estaba en el propio interés de Gran Bretaña, pero tenía razón’’.
Y continuó: ‘Gran Bretaña se siente más cómoda consigo misma cuando defendemos los derechos humanos. Así que debemos hacer eso en una conversación junto a Rusia y otros países. Sería algo terrible si nos resistimos a hacerlo. Somos una de las democracias más antiguas de la historia. Tenemos claros nuestros valores. No debemos retirarnos ‘.
Cameron lo ratifica
El presidente ha confirmado las palabras de William Hague. David Cameron -que a pesar de su perfil conservador se está convirtiendo en uno de los mayores defensores de los derechos del colectivo LGTB- ha afirmado que diversos funcionarios británicos han manifestado su preocupación sobre la situación de estas libertades desde que la primera ley regional de este tipo fue presentada en 2012.
Además, Cameron quiso añadir que: ‘El Gobierno comparte la preocupación por las crecientes restricciones a las libertades de los LGBT en Rusia. Yo personalmente he expresado mi profunda preocupación sobre los derechos humanos en Rusia cuando me reuní con Putin en junio (en la cumbre del G8 en Irlanda del Norte), y voy a manifestar mi preocupación sobre las libertades de los LGBT cuando vea al presidente Putin esta semana en San Petersburgo’.
Debido a nuestra propia experiencia con el PP, nos resulta paradójico que el máximo representante de un partido conservador se lance a la defensa de los derechos del colectivo LGTB. Sin lugar a dudas el hecho tiene una doble lectura, por un lado certifica que el PP es una de las facciones más reaccionarias de la derecha europea y por el otro nos indica que para alcanzar la igualdad de derechos es necesario que se impliquen el mayor número de ciudadanos -independientemente de su orientación sexual- posibles… ¿habrá algún otro valiente?