Correos electrónicos filtrados han revelado una serie de órdenes impactantes de los jefes de la iglesia católica que instan a los sacerdotes a rechazar celebrar funerales de homosexuales. Los mails piden a los sacerdotes que consideren si el fallecido era homosexual y si se había “arrepentido” antes de morir. Además, solicita que a estos “pecadores manifiestos” se les nieguen los funerales para evitar el “escándalo” entre los feligreses.
Dichos correos electrónicos han sido atribuidos al Vicario General de la diócesis católica en Madison, Wisconsin, el Monseñor James R Bartylla, quien sería el responsable de dar las órdenes filtradas, con las que exhorta a los sacerdotes a minimizar “el riesgo de escándalo y confusión” cuando se les pida dirigir los funerales de aquellas personas con una “notoria relación homosexual“.
El Monseñor R Bartylla pide a los sacerdotes que consideren: “¿Fue el difunto o el ‘compañero’ un promotor del estilo de vida ‘gay’?” y también “¿Dio el fallecido algunos signos de arrepentimiento antes de morir?” Asimismo, indica que los seres queridos de la persona homosexual fallecida “no deben tener ningún documento público o relacionado a ningún rito o servicio eclesiástico funerario“.
Agrega que la pareja en duelo debe ser eliminada de “cualquier folleto litúrgico, tarjeta de oración, homilía, sermón, charla del sacerdote, diácono“. El documento continúa: “Si la situación lo justifica … se pueden negar los servicios funerales eclesiásticos a los pecadores manifiestos en los que no se puede evitar el escándalo público de los fieles“.
Por su parte, Marianne Duddy-Burke, directora ejecutiva del grupo católico LGBT DignityUSA, declaró: “Este documento es la antítesis de los principios católicos, pues demuestra que este obispo cree que las personas lesbianas y homosexuales que han vivido un compromiso profundo con un cónyuge o pareja deben ser menospreciadas incluso en la muerte al serles negados los servicios funerales.” y agregó: “A nuestras familias se les podrían negar los sacramentos de nuestra fe en el momento de mayor dolor. Esto es desalmado. Es cruel y es anticristiano al extremo“.