Hace una semanas los parlamentarios europeos españoles afirmaban el peligro que corre Europa con el aumento del radicalismo y con el despegue electoral que ha vivido en los últimos años diferentes partidos de extrema derecha en países tan diferentes como Holanda, Grecia, Francia o Finlandia.
Este temor se ha visto confirmado en los nuevos presupuestos que ha destinado el Parlamento Europeo para la lucha contra la homofobia, presupuestos que vienen a decir: hay que luchar contra este cáncer social.
De este modo se han diseñado los fondos del FSE. Tradicionalmente este apartado es uno de los fondos estructurales de la UE, destinado a promover la cohesión social y económica en el continente. De hecho, el FSE es el principal instrumento de la UE para promover el empleo, y en la actualidad se compone de alrededor de 10% del presupuesto global que maneja este Parlamento.
Con las nuevas resoluciones aprobadas por el Parlamento, este fondo además de luchar por garantizar la igualdad de oportunidades, también se centrará en luchar contra la discriminación. Las resoluciones -que tienen un carácter vinculante- afirman que la discriminación basada en el sexo debe interpretarse en sentido amplio, incluyendo la discriminación contra las personas transgénero, en línea con la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE.
El Tribunal de Justicia de la UE ha dictaminado en varias ocasiones que las personas que están pensando en someterse a una cirugía o reasignación de género sufrido no pueden ser objeto de discriminación, ya que esto constituye discriminación sexual, prohibida por la legislación comunitaria.
Elisabeth Schroedter, portavoz de los Verdes, miembro del Intergrupo LGTB y principal impulsora de el cambio en los presupuestos, ha indicado que:
‘Tradicionalmente, el Fondo se ha preocupado principalmente con la redistribución socio-económica. Sin embargo ahora, por primera vez, la protección contra la discriminación es una prioridad de financiación propia, incluyendo a las personas lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero. Con esto, el Parlamento Europeo da un paso importante hacia un fondo social más incluyente’.