Pese a las reticencias de sectores conservadores y los vacíos legales en varios países, el matrimonio igualitario sigue avanzando en Latinoamérica, alentado por la legalización en Argentina, Brasil, Uruguay y la capital de México.
Además, activistas y parejas del mismo sexo en Colombia, Costa Rica, Ecuador y otros países han emprendido campañas en favor del matrimonio igualitario, las que a menudo chocan contra las posturas religiosas, si bien recientemente el papa Francisco dijo no ‘ser quien’ para juzgar a los homosexuales.
Varios países latinoamericanos reconocen legalmente la llamada ‘unión marital de hecho’ y conceden derechos patrimoniales y de seguridad social a la pareja del mismo sexo, pero se niegan a llamar a esa figura’matrimonio’, como exigen muchos colectivos de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (LGBTI).
El último país de una región con profundas raíces católicas que ha legalizado ese tipo de enlace ha sido Uruguay. El izquierdista José Mújica ha dado un fuerte impulso social al país charrúa ejemplarizado en diferentes proyectos como la creación de la Universidad Tecnológica del Uruguay, el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR), el plan de Integración Socio-Habitacional ‘Juntos’ -financiado gracias al 87% del sueldo del presidente- y, por supuesto, el matrimonio igualitario.
En Brasil, el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) legalizó de hecho en mayo pasado el matrimonio entre homosexuales,aunque aún no existe en el país ninguna legislación específica sobre el asunto, mientras varios activistas presionan para que se establezca claramente esa norma.
Argentina se convirtió, en julio de 2010, en el pionero en América Latina en habilitar por ley el matrimonio entre personas del mismo sexo, e inclusive, la capital, Buenos Aires, permite desde mayo de 2012 las bodas entre homosexuales no residentes permanentes en la ciudad.
En Ecuador las próximas elecciones pueden traer el matrimonio igualitario bajo el brazo. El todavía presidente ecuatoriano, Rafael Correa, apuntó en mayo a través de Twitter la posibilidad de aprovechar las elecciones locales de febrero de 2014 para someter a consulta popular la cuestión del matrimonio homosexual.
El Congreso colombiano rechazó en abril pasado una iniciativa que buscaba la legalización del matrimonio homosexual, dejando vigente una figura que permite el enlace civil y reconoce ciertos derechos a la pareja, pero que no satisface a la comunidad LGBTI. Ante la decisión del Congreso, la Corte Constitucional determinó el pasado 20 de junio que las parejas del mismo sexo en Colombia pueden acudir ante jueces o notarios para constituirse como unión civil, pero no ‘matrimonio’, lo que generó una avalancha de solicitudes.
Aunque en Costa Rica no es permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo, el Congreso discute proyectos para darle reconocimiento a una figura llamada ‘sociedad de convivencia’, que le permitiría a los homosexuales inscribirse en el registro público y gozar de derechos como herencia y acceso al crédito.
En Cuba, la diputada Mariela Castro, hija del presidente Raúl Castro, impulsa un anteproyecto de ley para modificar el Código de Familia y legalizar las uniones homosexuales, pero la iniciativa aún no ha logrado llegar al Parlamento aunque forma parte de un plan legislativo del Ministerio de Justicia.
La capital de México, un país federal, permite el matrimonio homosexual, mientras activistas presionan para que la medida sea aprobada en otros estados…sin lugar a dudas algo está cambiando en el continente sudamericano. Pese a la presión de los ‘lobbys’ más conservadores y la movilizacion del sector religioso, el matrimonio igualitario ha dejado de ser una quimera y poco a poco se abre paso en esta región para mostrar sus colores de empatía y cordialidad.