El Ayuntamiento de Badajoz se ha convertido en el primero de Extremadura en apoyar una declaración conjunta entre todos los signos políticos que lo confroman que aboga por que la transexualidad deje de ser considerada una enfermedad mental.
En ella, instan a los gobiernos de Extremadura y España a que se posicionen ante organismos nacionales e internacionales y sea aprobada la ‘despatologización’ de la transexualidad, considerada aún una trastorno de caracter mental.
En esta declaración se ha recordado también que ni la Constitución Española ni el Estatuto de Autonomías permiten cualquier tipo de discriminación por motivo de identidad u orientación sexual.
‘Gracias, porque el futuro empieza aquí’
El representante del colectivo transexual, Arón Pilares, ha agradecido al pleno este apoyo ‘valiente’, que según ha dicho, ayudará a acabar con la invisibilidad de este colectivo y con ‘la lacra de la homofobia’.
Por su parte, el coordinador del Área Transexual de la Fundación Triángulo de Extremadura, Hugo Alonso, ha explicado que esto no estará resuelto hasta que la Asociación Internacional de Psiquiatría no saque de su lista de enfermedades mentales al trastorno de identidad de género, que es como se conoce la transexualidad.
No obstante, Hugo Alonso ha reconocido que ‘falta poco’ para conseguirlo, ‘pero la ciudadanía no sabe que esto no está todavía superado’. Según ha explicado, no existen dictámenes específicos de la Organización Mundial de la Salud, porque ‘quienes determinan esto son los psiquiatras y psicólogos, por eso está en la mano de esa asociación internacional’.
Si es una patología mental no se puede tratar en la calle como si no lo fuera’.
El representante de la Fundación Triángulo también ha destacado que el Ayuntamiento de Badajoz haya sido el primero de la región en aprobar una declaración de este tipo, algo que considera ‘muy importante’ porque ‘se abre una puerta, es la primera administración que se atreve a hablar de este tema, siempre muy silenciado‘.
También ha insistido en la importancia de llevar a cabo ‘una revolución sanitaria’ en el sentido de que se haga un itinerario ‘cómodo y flexible’ para encauzar el tratamiento hormonal y las intervenciones quirúrgicas de estas personas.