Con tan solo unas pocas declaraciones, en una reciente charla concedida al San Francisco Examiner, el alcalde de Seúl ha conseguido dar una de las alegrías del año a todos los activistas LGTB que llevan años luchando porque el matrimonio igualitario llegue a la región.
Y es que Park Won-soon se ha hecho eco de las reclamaciones que desde hace tiempo llevaban resonando, cada vez con mayor potencia, con más fuerza en el continente asiático.
Corea del Sur no ha sido el primer país en entrar en acción, recientemente una región del norte de Filipinas está aplicando la ley contra la discriminación del colectivo LGTB y en Taiwan ha propuesto numerosas facilidades para el cambio de género -por citar los últimos ejemplos-, sin embargo sí que parece ser el país que está decidido a ir más lejos en el reconocimiento de los derechos de la comunidad.
Compromiso absoluto
Park Won-Soon no ha querido andar con un doble discurso. En lugar de asumir una postura que podríamos definir como claramente política (en el sentido maquiavélico de la palabra), se ha mostrado sin ambages y claramente decidido, y claro, bajo esa premisa, la conversación que ha mantenido con el medio norteamericano ha dejado numerosos titulares.
De este modo, ante la pregunta del entrevistador sobre si Taiwan se iba a convertir en la primera región en aprobar la unión entre personas del mismo sexo, el alcalde de Seúl indicó que:
Espero que Corea sea el primero. Muchas parejas homosexuales en Corea ya están juntas. Jurídicamente aún no son aceptados, pero la Constitución de Corea permite cambiar. Nosotros les garantizamos el derecho a la búsqueda de la felicidad.’
El alcalde tampoco ha querido ofrecer un discurso demasiado optimista y ha preferido mantenerse en una postura más cercana a la realidad. Así, Park Won-Soon ha querido manifestar las cosas que todavía quedan por hacer:
Personalmente estoy de acuerdo con los derechos de los homosexuales. Pero las iglesias protestantes son muy poderosos en Corea. No es fácil para los políticos. Está en manos de activistas el hecho de ampliar el concepto universal de los derechos humanos para incluir al colectivo LGTB. Los políticos seguirán las reclamaciones de la sociedad, que ya está en proceso de cambio.”