Estos diez minutos le han permitido a Jason Collins entrar en la historia. El jugador de 35 años se ha convertido en el primer gay en activo en jugar un partido en la NBA.
Independientemente de la repercusión mediática que ha supuesto el regreso de Collins, desde el interior de la NBA se ha llevado su vuelta con un ejemplificante ejercicio de normalidad.
Su nuevo entrenador, el histórico Jason Kidd, se negó a hacer ninguna declaración que no tuviera que ver con lo estrictamente deportivo indicando que el jugador ha llegado al equipo por su historial y veterania. Las estrellas del equipo han querido mostrar su apoyo al jugador y su capitán, Deron Williams, se ha mostrado más que claro al indicar que:
Estamos en 2014, ¿no? Michael Sam ha salido del armario y sus compañeros le han acogido con los brazos abiertos. Y es deporte universitario. Ya va siendo hora de que la NBA haga lo mismo’.
Gasol, del lado de Collins
‘Es algo histórico. Nosotros sólo nos dedicamos a jugar, pero su caso es extraordinario. Se ha convertido en un icono y eso conlleva cierta responsabilidad, pero creo que le parece bien’, indicó el de Sant Boi en el vestuario tras el choque.
‘Estoy contento de que haya tenido la oportunidad de jugar y que le hayan dado un contrato, porque se ve que está en buena forma y puede ayudar a Brooklyn‘, indicó el catalán sobre su rival.
Su situación es especial porque es el primer atleta de la NBA que se ha declarado homosexual, así que le felicito por su coraje y por su valentía. Al final, todos jugamos a este deporte y nos respetamos’