Un grupo de sindicalistas de la Federación General del Trabajo de Bélgica ha finalizado su manifestación contra las políticas de austeridad y la inclusión de miembros de la extrema derecha en la coalición gubernamental atacando la sede del partido Mouvement Réformateur en Bruselas.
Los destrozos materiales causados por piedras y por pintura amarilla -en alusión al color del partido nacionalista flamenco N-VA, que ha incluido a varios miembro abiertamente homofóbicos y nazistas en el Ejecutivo– pretenden denunciar a su vez las duras medidas de austeridad acordadas, según los sindicalistas ‘sin concertación’.
El interior de la sede del MR –partido al que pertenece el Primer Ministro belga– , situada en una céntrica calle de Bruselas, también ha sido rociado por humo, según ha señalado la policía.
Como puede leerse en su web, el sindicato critica las declaraciones ‘inaceptables’ de algunos ministros y secretarios de Estado, que ‘banalizan los actos de colaboración (con el nazismo) y estigmatizan a los trabajadores por sus orígenes u orientación sexual’. En sus propias palabras:
Los miembros del gobierno deben ser garantes de nuestro sistema democrático. Y la democracia no puede encontrar excusas a ciertos acontecimientos de nuestro pasado.’
Por su parte, el presidente del MR, Olivier Chastel, ha denunciado los actos, que ha calificado de ‘vandalismo’ y de ‘violencia totalmente inaceptable’ y ha anunciado la presentación de una denuncia en respuesta a lo ocurrido.