Debido al rechazo generalizado hacía la población LGBT en Rusia, Moscow Community Center, una organización civil a favor de los derechos de las personas de la diversidad sexual y de género, abrió las puertas del primer refugio para esta población. El espacio, que se encuentra a las afueras de Moscú, tiene capacidad para resguardar a 14 personas.
La discriminación y marginación de estas personas es muy común en el país, sobre todo después de la promulgación en 2013 de una ley que se opone a la “propaganda homosexual” dirigida a menores de edad. En este contexto, encrudecido por las revelaciones del periódico opositor Novaya Gazeta sobre las persecuciones en contra de homosexuales en Chechenia, los activistas de la organización decidieron crear este espacio para albergar personas LGBT que huían de sus lugares de origen.
Sus residentes provienen de toda Rusia y, en el caso de Nicole, una mujer transexual, de Azerbaiyán, una exrepública soviética del Cáucaso.
Nicole cuenta que su familia la privó se su libertad en su propio apartamento cuanto les informó que quería transicionar, lo cual implicaba dejar su cabello largo y someterse a una terapia de remplazo hormonal. Tras vivir varios meses atormentada por ideas suicidas, sus padres cedieron y la ayudaron a comprar un pasaje para Rusia. Pero el apoyo contaba con una advertencia: si volvía la matarían y se matarían.
Algunos residentes encontraron en el espacio un segundo hogar, tal es el caso de Nica, una mujer transexual de 31 años procedente del Cáucaso, cuya misión es viajar a Francia para poder someterse a una cirugía de reasignación sexual.
“Nos proporciona un techo y seguridad. He ganado una segunda familia”, manifestó Nica.
Grigori Chibirov, otro habitante del albergue, abandonó su región debido a que sus padres y hermanos se avergonzaban de él. El hombre dijo sentirse seguro en el albergue, pues “todos son simpáticos y nos apoyamos los unos a los otros”.
Chibirov, quien busca mudarse a Francia para trabajar en el sector de la moda, se mostró poco optimista sobre la tolerancia hacía las personas LGBT en Rusia: “¿Quizá dentro de 50 o 100 años? Pero es poco probable mientras Vladimir Putin esté en el poder”.
De acuerdo con Olga Baranova, directora del Moscow Community Center, el refugio recibe a “todos los LGBT que sufren” o que fueron rechazados por sus familias, perdieron su empleo o sufrieron agresiones. En el centro los residentes reciben comida, consejos y asesoramiento jurídico, además sus habitantes tienen la posibilidad de quedarse hasta seis semanas en habitaciones con dos o tres camas.