Nueva York busca prohibir las inhumanas terapias de conversión sexual
Ya era hora. En Nueva York, el Consejo de la ciudad aprobó un proyecto de ley que prohíbe las terapias “inhumanas” que algunos especialistas ofrecen para “cambiar la orientación sexual” de una persona.
Melissa Mark-Viverito, presidenta del Consejo, y el concejal Daniel Dromm, presentaron en junio pasado dicho proyecto de ley, que establece como ilegal el cobro de servicios que busquen cambiar, supuestamente, la identidad de género de las personas.
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El siguiente paso de esta iniciativa es la firma del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. Una vez que lo haga, la ley entrará en vigor 120 días después.
El proyecto de ley fue aprobado con 43 votos a favor, dos en contra y una abstención. Mark-Viverito calificó esta terapia como “bárbara e inhumana”.
“Todas las personas deberían poder vivir sin temor a la coacción para convertirse en alguien que no son. La terapia de conversión es bárbara e inhumana, y aquí mismo, en la ciudad de Nueva York, seguiremos siendo el modelo de aceptación en todo el país, ya que prohibimos la terapia de conversión de una vez por todas”, dijo en un comunicado.
En tanto, el concejal Dromm, quien es abiertamente gay, declaró que las terapias de conversión son una “estafa” y una “forma de tortura psicológica”.
En él se proponen multas que van desde los mil dólares por una primera violación de la ley, 5 mil por la segunda y 10 mil por cada violación subsiguiente.
No obstante, algunas voces señalan ciertas lagunas en esta iniciativa, por ejemplo, si alguna persona realiza terapias de conversión de forma gratuita, como líderes religiosos, no se verá afectada o sancionada.
En contra de estas terapias de conversión se han posicionado la Asociación Americana de Psicología, la Asociación Americana de Psiquiatría y el Colegio de Médicos.
“Aun cuando la mayoría de los homosexuales viven vidas felices y exitosas, algunas personas homosexuales o bisexuales pueden buscar un cambio en su orientación sexual a través de la terapia, a menudo como resultado de coacción por parte de miembros de su familia o grupos religiosos. La realidad es que la homosexualidad no es una enfermedad. No requiere tratamiento y no puede cambiarse”, declaró la Asociación Americana de Psicología.
Según el Centro Nacional para los Derechos de las Lesbianas, en Estados Unidos, 21 estados preparan proyectos de ley similares.