Las asociaciones LGTB responden al sector más rancio de la Iglesia católica
Resulta bastante paradójico que en un momento de crisis económica, política y social sin precedentes en nuestro país, el presidente del gobierno haya reducido sus apariciones públicas al mínimo.
Como paradójico también resulta que a pesar de que no haya ofrecido ninguna rueda de prensa en este 2013 (las comparecencias públicas siempre han estado obligadas por el protocolo), Mariano Rajoy haya podido sacar tiempo para visitar al nuevo Papa.
Ante esta tesitura, en la que la cercanía del gobierno del PP con el Vaticano es más que evidente, el sector más rancio de la iglesia ha aprovechado para volver a repetir discurso y reclamar incongruentes cambios en la ley del aborto y del matrimonio homosexual
COGAM responde
Como no podía ser de otra manera, cuando el sector más inmovilista de la iglesia habla, las asocioaciones LGTB responden. En este caso, El Colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales de Madrid (COGAM) ha emitido una nota de prensa para expresar su desacuerdo con las declaraciones del Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y que han recogido nuestrxs compañerxs de orgullolgtbmadrid.com.
COGAM declara que Varela ‘se extralimita de sus funciones pastorales con sus feligreses, queriendo influir en la legislación civil y por tanto en la sociedad española, cuya mayoría no practica activamente su fe.’
‘Los derechos fundamentales, conseguidos gracias a los movimientos sociales, al acceso de la población a la cultura y la mayor formación de nuestra sociedad, están siendo cuestionados desde el fundamentalismo y el integrismo religioso, que llevados al extremo pueden producir situaciones como las que se están produciendo en Irán. Hacer este tipo de manifestaciones es homofobia, lesbofobia, bifobia y transfobia profunda y muestra un desconocimiento y un alejamiento de la realidad de la sociedad española, que está sometida a continuos recortes sociales, de los cuales el cardenal se olvida (cuando el mensaje de Cristo defendía a los pobres frente a los mercaderes del Templo).’
Por otro lado, el colectivo LGTB ha querido recordar ‘que el término esposo o esposa proviene, etimológicamente hablando, del Griego, donde se refería a hacer un acuerdo o firmar un contrato, y que pasó al Latín con el significado de prometido/prometida, esto es, de uso para los futuros contrayentes. Por esa razón, lo apropiado es dar uso a la palabra que recoge la legislación actual: cónyuge.’