Declaran culpable al estilista londinense que infectaba deliberadamente de VIH a sus amantes
Daryll Rowe, el estilista gay de 27 años, fue encontrado culpable de transmitir el VIH de forma intencional a 10 de sus parejas sexuales las cuales conoció a través de la aplicación de citas Grindr. Dicha resolución fue tomada por un tribunal en Lewes, Inglaterra, tras considerar la evidencia encontrada en su contra, pues, de acuerdo con los testimonios de los hombres que resultaron agraviados, Rowe era insistente en no usar condón durante los encuentros sexuales y cuando ellos se negaban, el estilista se ponía violento.
“Él dijo: ‘Te atrapé, ahora lo tienes’ y se estaba riendo de mí. Había amenaza en su voz, era un conversación demencial. Fue horrible escucharlo. Es una violación, sólo podría describirlo como la sensación de haber sido violado”, declaró uno de los afectados.
Todos los testigos presentaron su declaración de forma anónima bajo la defensa del tribunal, pues tenían miedo de revelar su identidad y ser objeto de estigmas debido a su estado de salud. Algunas de las pruebas presentadas fueron mensajes de texto que este estilista sociopata enviaba a los hombres después de tener sexo con ellos para revelarles que sin que se dieran cuenta había usado un condón que previamente había roto con la intensión de transmitirles el virus o para simplemente burlarse de ellos por tener sexo sin condón.
“A lo mejor tienes fiebre porque me metí dentro de ti y tengo VIH, ja, ja, ja. ¡Ups!”, era uno de los mensajes que Rowe solía enviar a sus víctimas. En otro caso, el inglés llamó estúpido a un hombre por no darse cuenta que había roto un condón para eyacular dentro de él.
Los hechos ocurrieron entre octubre de 2015 y enero de 2015 en la ciudad de Brighton e inciaron justo después de que hace 2 años se enterara que había adquirido el virus por medio de una relación con su ex novio. En su defensa, el estlilista afirmó que desconocía que era seropositivo e insistió en que todo era un plan para incriminarlo.
No obstante, las pruebas de laboratorio y las entrevistas a los médicos que lo trataron arrojaron que Rowe tenía conocimiento de que vivía con VIH y que había dejado su tratamiento antirretroviral. Después cambio su versión y afirmó que creía haberse curado después de “meses de beber su propia orina”.
Por todo esto, la corte lo encontró culpable de cinco cargos de lesiones corporales graves y cinco intentos de lesiones corporales grabes. La fiscalía describió las acciones de Rowe como “una campaña para infectar a la mayor cantidad de hombres posible” durante un periodo de cuatro meses.