Nunca he entendido por qué las lesbianas y los gays no se llevan bien; y esto no es de ahora. Desde que yo recuerdo, siempre ha habido como una ‘rencilla’ natural y muy difícil de explicar. Han sido muchas las ocasiones en que invito a uno o varios amigos a una fiesta en casa de lesbianitas e inevitable o invariablemente, me “tuercen” los ojos.
Todo esto seguido de un: “Ashhhh, qué hueva” o “No, gracias; yo paso”
Frases como éstas son muy comunes de parte de los chavos gays sobre las lesbianas:
“Son muy necias, siempre quieren tener la razón”.
“Son intolerantes y agresivas con nosotros. Prefiero ni cruzar palabra con ellas”. “Se creen machitos y se ven patéticas. Nos odian porque nosotros sí tenemos pito. Creen que son más hombres que nosotros”.
“Son horribles cuando están pedas”.
Con ésto, obviamente no hablamos de todas las lesbianas. Conozco muchas, muy inteligentes y bastante agradables, y que socializan sin problema con los hombres gays.
También conozco gays muy azotados y bastante agresivos e intolerantes, no sólo con las lesbianas, con las mujeres en general.
El tema es que nunca ha habido una unificación de parte de ambos grupos, a pesar de pertenecer a la misma comunidad y a la misma lucha social.
Recuerdo que en una Semana Cultural Gay, en el Museo del Chopo ( un miércoles), a mí y a mi amigo Jorge Elías, no nos dejaron entrar a una conferencia ¡porque era sólo para lesbianas!
Ese mismo año, en la marcha gay, las lesbianas/bisexuales/feministas desfilaron aparte y con tristeza vimos que, fuera de unir fuerzas, abanderaban su propia bandera y no querían tener nada que ver con nosotros.
Yo tengo buenos amigos gays y pocas amigas (buenas) lesbianas. Mi problema es que pocas veces los puedo reunir y pasar un buen rato todos juntos sin que haya o aparezca un conflicto de la nada. Prefiero evitar esos encuentros.
No sé a qué se deba, y no sólo pasa en México, pasa en cualquier lado. En EU, en Canadá, en Europa. Es como un “detallito” que nos separa a los unos de las otras y que, parece ser, muy pocos tienen la intención de solucionar.
Mis noches divididas con ellos son de brincar con Paulina Rubio, Gaga, Madonna, acompañados de martinis y traguitos coquetos.
Con ellas, el karaoke y canciones de ‘Chente’, La Arrolladora, Julión y caguamas y tequila en la mesa. Jajajajaja, ya sé que suena bastante recurrente y estereotipado, pero aunque no lo crean, la mayoría de las veces, es así. ¡Ay qué cosas, manas!