De todos es conocida la animadversión que siente Madonna por el nuevo presidente de los EEUU. De hecho, el apoyo de la cantante a Hillary Clinton durante la campaña estadounidense fue tan obvia que prometió un trabajito oral (no, no nos referimos a un concierto privado) a todos aquellos que votasen por la candidata demócrata.
Ahora, con Donald Trump sentando en el trono más poderoso del planeta y con más de 900 ataques contra las minorías contabilizados en EEUU desde que llegase al poder el candidato republicano, Madonna ha decidido versionar uno de los temas más conocidos de Britney Spears para convertirlo en un himno anti-Trump.
Una grandísima versión cuyo mérito va más allá de lo puramente musical. Conseguir decir a través de la música lo que muchos estamos pensando.