Cada celebración del Orgullo tiene algo de especial. El que se celebra en la capital de España demuestra el carácter abierto de los madrileños que, pese a tener un Ayuntamiento que no deja de poner trabas a esta celebración, siguen apoyando con más fuerza que nunca estos reivindicativos días.
El celebrado en Bruselas ha contado con la presencia del alcalde de la ciudad, el de Tel Aviv es una lección de empatía hacia el resto de países de Oriente Medio…y sin lugar a dudas el de Nueva York es el que tiene un mayor poso. No hay que olvidar que los disturbios de Stonewall que originaron la lucha por los derechos LGTB tuvieron lugar en esta ciudad y con motivo del 45 aniversario pudimos ver un Orgullo por todo lo alto.
Rostros conocidos, fiesta, reivindicaciones, color, empatía, figuras históricas del activismo…el arcoíris consiguió transformar la Gran Manzana en un oasis de libertad y empatía, casi nada.