Raoul Bova

Aunque aún es un gran desconocido entre nosotros, Raoul Bova es toda una celebrity en su país, Italia. Al borde de la cuarentena, este romano se ha propuesto encandilar también a los españoles. La cinta elegida ha sido ‘Perdona si te llamo amor’, producción de 2008 con la que lleva dos semanas en el top ten de nuestra taquilla.

La película es la adaptación de la novela de Federico Moccia, quien también ejerce las funciones del director y que ha sabido trasladar las claves de este best seller a la gran pantalla. Tal ha sido su éxito nacional e internacional que su secuela ‘Perdona, pero quiero casarme contigo’ aterrizará en los próximos meses.

Nada tenemos que perdonar a Bova, que luce así de atractivo como modelo fotográfico pese a dedicarse a la interpretación. El cine y la televisión se ha casado con él, aunque ha tenido pequeños flirteos con el mundo de la moda. Muestra de ello son estas fotos pertenecientes a diferentes sesiones, la mayoría de ellas de un reportaje realizado por Tony Duran.

Empezó en la interpretación en 1992 y, pese a llevar casi dos décadas, delante de las cámaras el público no se ha cansado de él. Todo lo contrario. Raoul Bova está en su mejor momento y podemos decir que mejora como el buen vino.

Su talento y su potente físico no han pasado desapercibidos a los estadounidenses, donde ya ha protagonizado varias películas. Sin embargo, se niega a abandonar la tierra que le vio nacer, donde el amor y los proyectos no le faltan.

Sus inicios estuvieron vinculados a la televisión y, aunque el salto al cine fue casi instantáneo, nunca se ha despegado de la pequeña pantalla, en la que ha protagonizado grandes éxitos de la RAI y de Mediaset como las versiones italianas de ‘El comisario’ (2000), Los Serrano 2 (2008) y casi una decena de miniseries.

En la gran pantalla ha cosechado también un gran éxito, entre los que destaca su primer taquillazo ‘Piccolo grande amore’ (1993), en los que interpretaba a un profesor de surf que encandilaba a una princesa. Para este papel no tuvo que prepararse demasiado ni mejorar su forma física, ya que Raoul estudió Educación Física y encuentra en la natación un oasis a sus problemas.

Tal es su pasión por el mar y por el agua, que posee la carrera previa de natación y llegó a participar en varios campeonatos a nivel nacional, donde los premios tampoco faltaron.

No obstante, su futuro estaba escrito y, aunque sigue practicando el nado como hobbie, su sitio está delante de las cámaras donde nos ha regalado grandes interpretaciones en films italianos como ‘La loba’ (1996), gracias a las cuales se ha ganado el pasaporte a Hollywood.

En 2002 la industria americana llamó a su puerta por primera vez para un papel secundario en ‘El protector’, película protagonizada por Sylvester Stallone y Anthony Quinn. En ella demostró moverse como pez en el agua en el terreno del thriller y en la acción, sin duda alguna ayudado por las tablas adquiridas en su país, donde ya había interpretado papeles de ese índole.

Sin embargo, Bova prefirió no encasillarse y en 2003 se lanzó a la comedia romantica con su película más conocida hasta la fecha, ‘Bajo el sol de la Toscana’.

Es romano, pero paradójicamente la Toscana le ha dado su mayor triunfo profesional. Fue la película protagonizada por Diane Lane la que le otorgó la fama internacional y la que le convirtió en uno de los italianos con mayor proyección.

Consiguió que todo el planeta se enamorara de él y de su tierra y nos deleitó con unas escenas románticas que hoy forman parte de nuestro imaginario cuando pensamos en Italia. En la ficción, Frances Mayes, la escritora treinteañera protagonista, quedó prendada de sus paisajes hasta el punto de quedarse a vivir en la región fiorentina. Una decisión en la que seguro tuvo que ver mucho Raoul, todo un estandarte de la belleza itálica.

El éxito le pilló por sorpresa, pero supo llevarlo bien. Decidió quedarse en Italia, donde posee todo lo que necesita para ser feliz. No por ello ha renunciado al mercado americano, donde ha dosificado sus intervenciones tanto en cine como en televisión.

En las salas, estrenó en 2004 ‘Alien vs Predator’ y en la caja tonta ha combinado sus intervenciones en las series ‘¿Qué pasa con Brian?’ (2006) y ‘The Company’ (2007) con sus proyectos europeos.

En la vida, la suerte también le sonríe. En 2000 contrajo matrimonio con Chiara Giordano, con la que tiene tres hijos. Se confiesa todo un padrazo y asegura que no ha disminuido ni un ápice de su amor en toda esta década.

Pero Chiara no ha sido el único romance sonado en la vida de Bova, también se le relacionó con Romina Mondelo, una de las actrices más conocidas del país de los Apeninos y con la estadounidense Sean Young.

Todo un galán clásico que conoce a la perfección todas las artes de la conquista.

Además de su afición a la natación y a la educación, como buen italiano, Bova es un fanático de la selección azurra. Aunque abandonó el deporte profesional por la interpretación, Raoul no se pierde ni un sólo partido de Calcio.

Futbolero y deportista es un fiel seguidor del Lazio, al que apoya siempre que sus compromisos profesionales se lo permite.

El éxito de ‘Perdona si te llamo amor’ le ha devuelto al primer plano mediático, pese a que nunca ha llegado a pasar a un segundo. Los objetivos de fotógrafos y el mundo de la moda tampoco ha sido ajeno al potencial del romano y ha flirteado en más de una ocasión con varios diseñadores.

Entre ellos destaca Giorgio Armani con quien, más allá de vínculos laborales, le une una larga amistad.

Hay que decir que Raoul no se dedica a la pasarela y a la fotografía, pero en ocasiones concretas ha coqueteado con ellas.

En Italia, Raoul es también muy conocido por su labor y empeño con causas sociales.En 2007 protagonizó un calendario solidario de la asociación Aipd, posando en pareja con jóvenes con síndrome de down.

También ha estado presente en varias ocasiones en el ‘Derby del Corazón’, partido jugado entre la Roma y el Lazio a favor de entes benéficas y asociaciones de voluntariado.

Su perfil solidario se completa con la pasión que siente hacia los animales y con la creación de la Fundación Capitán Último contra la criminalidad organizada.

La publicidad también ha bailado con este italiano de película, que ha llegado a protagonizar un spot con la mismísima reina del pop. Se trata de un anuncio de Max Factor en el que compartía escena con Madonna, por deseo expreso de la cantante.

Sin embargo, el no sucumbió a sus encantos y la artista tuvo que conformarse con poderle seguir viendo en el VHS que le grabaron.

Entre las otras campañas que ha protagonizado destaca la que en 2009 protagonizó para la compañía aérea Alitalia.

La campaña con Alitalia no le vino de la nada, ya que Bova lleva la aviación en la sangre. Hijo de un funcionario de la compañía y de una ama de casa, ser piloto de avión fue uno de sus sueños de juventud.

Activo e inquieto, Bova fue renunciando a él a medida que se iniciaba en las dos grandes pasiones de su vida el deporte y la interpretación. Quién le iba a decir a él que no necesitaría de un avión para ascender a lo más alto.

Polifacético donde los haya, a través de sus numerosos trabajos nos hemos ido poco a poco enamorando de Raoul Bova. Televisión, cine, publicidad o moda, este chico hace bien todo lo que se propone y en su último proyecto no iba a ser menos

Que nos perdone si le llamamos amor pero, después de ver la comedia romántica italiana del año, le queremos si cabe un poquito más. ¿Las claves? En la última foto.

La película de Federico Moccia nos cuenta la historia de un amor imposible, marcado por la diferencia de edad. Raoul Bova interpreta a Alex, un atractivo publicista al borde de los cuarenta que cae rendido ante la simpatía de Niki, una estudiante de instituto que le roba el corazón. Pese a que Alex intentará poner tierra de por medio y hacer uso de la sensatez, no se puede luchar contra el verdadero amor y, una vez más, terminará con final feliz.

De este modo, si eres asiduo de las comedias románticas no debes perderte este fil, que cuanto menos te conmoverá. Además, si te gusta ya sabes que está al caer la segunda parte ‘Perdona, pero quiero casarme contigo’ y después de lo visto, ¿quién iba a decirle que no a Bova?.

Nosotros le damos el sí quiero.

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