La pederastia eclesiástica en el cine

Hace unos días, el ‘número dos’ del Vaticano, Tarcisio Bertone, vinculó pederastia y homosexualidad y negó cualquier tipo de conexión entre el celibato y la pedofilia. Sus declaraciones han reabierto el debate con respecto al tema. Una problemática que no es nueva y que ha sido ilustrada en decenas de películas.

Quizá en nuestro país la más famosa sea ‘La mala educación’. Con pinceladas autobiográficas, Almodóvar nos cuenta la historia de dos niños, Ignacio y Enrique, que se enamoran en un colegio religioso a principios de los años 60. El padre Manolo, director del centro, se interpone entre ellos por el deseo que siente hacia Ignacio.

Ninguno de los niños podrá olvidar estos acontecimientos que marcarán sus vidas hasta el punto de replantearse su sexo.

El germen de ‘La mala educación’ puede contemplarse en otras películas del director, en especial en ‘La ley del deseo’, donde encontramos un personaje similar al transexual que da vida Gael García Bernal.

Se trata de Tina (Carmen Maura), cuya vida siempre ha estado marcada por los hombres. Se cambió de sexo por petición de su padre, con quien mantenía una relación a escondidas de su madre, y se inició en el sexo con el cura de su parroquia, que abusaba de ella cuando era niña.

Su vida no es fácil desde entonces y su madurez le devuelve a la iglesia para pedirle explicaciones al párroco.

El género documental también se ha hecho eco de la pederastia intramuros de la Iglesia. La obra más significativa es la escalofriante ‘Líbranos del mal’ de Amy Berg, que fue nominada al Oscar.

En ella, dos mujeres van al Vaticano con la esperanza de entregar un mensaje al Papa. Es una carta en representación de las más de 100.000 víctimas de abusos sexuales por parte de los clérigos de los Estados Unidos. Ellas lo son del Padre Oliver O Grady, que confiesa en la cinta sus cientos de abusos.

Roma les cierra las puertas y les da la espalda como todos aquellos clérigos americanos que conociendo la pederastia de O Grady no hicieron nada. Sólo un silencioso traslado que potenció más víctimas.

También en clave documental ‘A twist os faith’ se centra en el caso de Tomy Comes, un bombero de Ohio que padeció años de abusos sexuales por parte del cura católico de su iglesia. Por entonces tenía 14 años y lo guardó en secreto durante más de 20 años, hasta que descubrió que su violador, Dennis Gray, vivía en la misma calle que él y sus hijos.

La película de Kirby Dick, que no debe confundirse con una homónima de 1999, también fue nominada al Oscar a Mejor Documental.

Volviendo a la ficción, pero inspirada en hechos reales, este film de bajo presupuesto en dos partes nos vuelve a contar una historia que se repetirá en la vida real y en el cine. La de unos niños que sufrieron el acoso y las prácticas sexuales de los curas que regentaban su internado. En este caso en Canadá.

Lo más destacable del film es cómo trata el paso del tiempo y todas las barreras, personales y sociales, que impiden a las víctimas que estos secretos de infancia salgan a la luz.

Los colegios masculinos no son los únicos en los que se realizan estas prácticas y ‘The Magdalene sisters’ da fe de ello. En Irlanda del Norte los conventos eran gestionados por las hermanas de la Misericordia en nombre de la Iglesia católica. Acogían a muchachas enviadas por sus familias y orfanatos y las sometían a todo tipo de abusos físicos para hacer expirar sus pecados.

Peter Mullan se hizo con el León de Oro por esta película, que por dura que parezca también está inspirada en hechos reales. Un dato más, el último convento de esta orden cerró en 1996, por lo que no tenemos que remontarnos tanto como Almodóvar para comprobar que estas prácticas probablemente sigan vigentes en la actualidad.

Una de las revelaciones de 2008. Esta película contó con 5 nominaciones a los Oscars, entre ellas la de Mejor Guión Adaptado. Muy bien interpretada, ‘La duda’ nos remonta al Bronx de 1969 y a las sospechas de una de las hermanas de la congregación con respecto a la supuesta pederastia del padre Flynn. Sus dudas se confirman, pero una vez más el silencio impera.

Ella, la hermana Aloysius (meryl Streep) tendrá que enfrentarse con muchos obstáculos para sacar la verdad a la luz. Una misión ya de por sí complicada en nuestros días y casi imposible en la época. Afortunadamente, es un relato ficticio, pero no cabe duda de que alguien vivió en silencio una situación análoga.

A diferencia de las anteriores, es una película de intriga y terror que ofrece una visión de la pedofilia más allá del drama y del documental.

Ambientada en una secta satánica, un profesor abusa de sus alumnos, llegando a causar la muerte de uno de ellos. El párroco del colegio, lejos de denunciarlo, mantiene el silencio y repite las prácticas del profesor con la víctima de éste.

Es la visión colombiana de una Iglesia cómplice y pecadora, narrada desde la inocente mirada de un niño.

Al contrario que Tarcisio Bertone, no hay que vincular pederastia e Iglesia, ya que el número de pedófilos católicos es residual. Simplemente hay que castigar el silencio y el oscurantismo con el que tratan estos casos.

Al igual que con el catolicismo, el celuloide ha plasmado la pederastia en innumerables profesiones y religiones desde sus orígenes, como ocurre en ‘M, el vampiro de Dusseldorf’ (1931), que deja patente que la pedofilia no es un delito exclusivamente eclesiástico. En ‘Capturing the Friedmans’ (2003) el conflicto se narra desde la perspectiva de una familia judía y en ‘El leñador’ de Kevin Bacon, el actor se mete en la piel de un pederasta que quiere reinsertarse en la sociedad.

Con ella se cierra esta galería, que aboga por la visibilidad de esta problemática para poder ponerle freno. Los niños, no ficticios sino de carne y hueso, lo agradecerán.

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