Ficha técnica
Título original: Florence Foster Jenkins
Duración: 110 minutos
Nacionalidad: Británica
Dirección: Stephen Frears
Guión: Nicholas Martin
Fotografía: Danny Cohen
Música: Alexandre Desplat
Reparto: Meryl Streep, Hugh Grant, Simon Helberg, Nina Arianda, Rebecca Ferguson, Neve Gachev, Dilyana Bouklieva, John Kavanagh, Jorge Leon Martinez, Danny Mahoney, Paola Dionisotti, David Menkin, Tony Paul West, Philip Rosch, Sid Phoenix
Distribuidora en España: Tri Pictures
Calificación: 6,5 / 10
¿De qué va?
La historia real de Florence Foster Jenkins es tan sugestiva que ha conseguido que dos películas que gravitan sobre su figura se hayan estrenado de forma secuencial en nuestro país. Un hito que no han conseguido todos los superpoderes de los superhéroes que de manera periódica visitan nuestra cartelera.
Incluso es probable que ante el páramo imaginativo de la industria cinematográfica veamos la versión canalla dirigida por Quentin Tarantino (y protagonizada por Samuel L. Jackson, por supuesto) o una sesuda adaptación televisiva de HBO o Netflix… y es que para que pensar si tenemos a Messi o a Stephen Curry si buscamos su equiparación hollywoodiense.
La cinta nos traslada a un Nueva York que permanece ajeno a la guerra que se está librando en Europa y se deja llevar por las mágicas luces de Broadway y las veladas pugilísticas que han elevado al Madison Square Garden a la categoría de mito.
Década de 1940, Florence Foster Jenkins (Meryl Streep) es una filántropa neoyorquina de la alta sociedad con una pasión obsesiva: la música. Tras apoyar numerosas causas benéficas, Florence se lanza a cumplir el sueño de convertirse en cantante de ópera. Ahora bien, cuando comienza su andadura musical surge un problema: tiene el mismo sentido del ritmo y musical que una mesa.
Su marido platónico y manager protector es St.Clair Bayfield (Hugh Grant), un aristocrático actor inglés con nulas aptitudes interpretativas pero con la virtud de ser consciente de la absoluta falta de talento de su esposa.
Bayfield se encarga de proteger a su amada Florence de la verdad por todos los medios que tiene a su disposición. Sin embargo, cuando Florence decide dar un concierto público en el Carnegie Hall, St. Clair tendrá que enfrentarse a un desafío del que ni siquiera le puede salvar su abultado bolsillo.
Complot contra la realidad
‘Florence Foster Jenkins’ se pone el traje de comedia dramática para realizar un análisis sobre el autoengaño, la sinceridad, impostura, las máscaras y el valor del amor.
Desafortunadamente, Stephen Frears, que ha pasado de ser un director de culto a convertirse en carne de cañón de las películas de sobremesa, decide tomar el terreno de lo liviano. Un camino que evita los momentos más agrios y el espíritu crítico para tomar el atajo de los clichés.
La historia se sostiene por las impresionantes actuaciones que vemos en la pantalla. Meryl Streep es lo opuesto a Florence: la excelencia hecha interpretación. La actriz consigue arrancar risas amargas con un más que certero acercamiento a un patetismo romántico y se muestra sublime cantando horriblemente mal.
Hugh Grant, en un papel similar al que ya interpretó en ‘Granujas de medio pelo’, aporta complejidad dramática y numerosos matices a la historia y a través de sus ojos vemos la enorme fragilidad y la condición kitsch de la protagonista. El tercero en discordia, Simon Helberg (como el pianista Cosme McMoon) se lleva el papel más cómico con sus gestos de ”que he hecho yo para merecer esto”.
La película cuenta con un buen ritmo, un magnífico vestuario, un gran gusto por la estética visual y una cuidada fotografía. Sin embargo, esta historia merecía algo más que corrección, no en vano estamos ante la (mejor) peor cantante de todos los tiempos.