Nuevos documentos implican al Franquismo en el asesinato de Lorca
Las trayectorias artísticas y vitales de Federico García Lorca y Pier Paolo Pasolini tienen innumerables puntos en común: genios en su campo, artistas comprometidos con el lugar en el que les tocó vivir, intelectuales críticos con el poder imperante, homosexuales (el comportamiento amanerado de Lorca hizo que sus profesores le odiasen y sus compañeros le llamasen Federica, mientras que Pasolini declaró que a los tres años sentía atracción por las piernas de los chicos), y víctimas de una muerte trágica y que ha estado envuelta en una niebla de ocultación y misterio.
Con los documentos que ha sacado a la luz en exclusiva la Cadena SER la última de las similitudes entre la figura de ambos se ha convertido en una dolorosa diferencia.
El documento confirma una realidad conocida por todos pero que siempre fue negada por el régimen franquista. Un texto de gran importancia histórica ya que que supone el primer reconocimiento implicito por parte de la dictadura franquista del asesinato del autor de ‘Poeta en Nueva York’
Revelaciones del artista
El documento, que iba dirigido al gobernador civil de Granada, contiene algunos párrafos que esclarecen la muerte del poeta: ‘Un masón perteneciente a la logia ‘Alhambra’ en la que adoptó el nombre simbólico de ‘Homero’, desconociéndose el grado que alcanzó en la misma’.
Se asegura que el poeta ‘estaba tildado de prácticas de homosexualismo, aberración que llegó a ser voxpopuli, pero lo cierto es que no hay antecedentes de ningún caso concreto’.
‘Estaba conceptuado como socialista por la tendencia de sus manifestaciones y por lo vinculado que estaba a Fernando de los Ríos, como también por sus estrechas relaciones con otros jerifaltes de igual signo político’.
‘El Glorioso Movimiento Nacional le sorprendió en esta capital a la que había llegado días atrás procedente de Madrid, y en los primeros días se practicaron en su referido domicilio dos registros, por cuyo motivo sintió miedo y se refugió en la vivienda de sus amigos los hermanos Rosales Camacho, antiguos falangistas’.