El paulatino cambio de timón de las editoras norteamericanas de cómics para atraer más público femenino y LGTB al integrar en sus tramas personajes con que ambos colectivos puedan identificarse, está motivando un nuevo florecer de las empresas dedicadas a las aventuras ilustradas de superhéroes (y -heroínas).
Ejemplo de este favorable escenario para las proliferación de tramas femeninas y queer en la industria del cómic, es el reinicio de la saga Thor que Marvel anunció el verano pasado; y que, tras la incial pataleta misógina de los de siempre, está demostrando su capacidad para conseguir más ventas que su antencesor.
Esta aseveración surge tras la publicación de los datos de venta de la saga de los últimos 5 meses por el portal especializado COMICHRON, en el que se puede comprobar cómo la diosa Thor debutó en su primer número con la más que estimable venta de 15.800 copias -sin contar las digitales- frente a las 110.400 conseguidas por el primer número de su antecesor.
La progresión de las ventas de los siguientes números de la saga, que experimentó un natural descenso a causa del fenómeno del ”coleccionista del primer número”, se ha estabilizado en torno a los 68.0000-70.000 volumenes vendidos, algo que supera en 20.000 copias a la media de ventas mensuales de su antecesor.
Ya se sabe que Thor nunca ha sido la saga más exitosa de Marvel Comics, pero es más que agradable comprobar empíricamente cómo la nueva Diosa del Trueno, lejos de provocar el tan cacareado descenso de ventas de la saga, la ha impulsado meteóricamente hacia a un nuevo Valhalla.